EL PAPEL DEL GESTOR DE LA INFORMACION EN LAS ORGANIZACIONES A LAS PUERTAS DEL SIGLO XXI
Valle Muñoz CruzCentro de Documentación del IAPHConsejería de Cultura. Junta de Andalucía
Resumen
A partir de los años 80 surge una nueva disciplina en el ámbito de la Documentación e Información: la Gestiónde la Información, que demanda un nuevo profesional de la información con importantes responsabilidades enel diseño e implantación de los Sistemas de Información de las organizaciones. Esta situación, que ya es unarealidad en el mundo anglosajón, aún no ha sido asumida en España por las organizaciones. En lacomunicación se analiza el perfil de este nuevo profesional, la situación del sector de la Documentación eInformación en la sociedad española ante esta nueva realidad y los planes de estudio de la Universidad paradeterminar si responden a las necesidades formativas del gestor de la información. Para finalizar se realizanpropuestas concretas que deberán asumir las Asociaciones Profesionales y las Universidades para superarlas dificultades que, el desarrollo de esta nueva disciplina y el profesional de la información, tienen planteadas.
Palabras claves: Gestor de Información. Formación. Documentación e Información. Administración Pública. Empresas Privadas. Organizaciones. España.
Introducción
En las organizaciones conviven, hoy en día, profesionales de la información con diferentes perfiles: archiveros, bibliotecarios y documentalistas, profesionales que han sufrido en los últimos años importantes adaptaciones debidas fundamentalmente a los cambios tecnológicos que ha experimentado la sociedad de la información. En los años 80, junto a todos ellos ha surgido un nuevo profesional: el gestor de la información, que está llamado a desempeñar un papel clave en la consecución de los objetivos de las organizaciones.
Estamos de acuerdo con Cronin en que el rol del gestor de información ha de extenderse más allá del modelo de suministrador y servidor de información, habitualmente asociado con la figura de los documentalistas, y llegar a abarcar responsabilidades de planificación a nivel corporativo y de aplicación de sistemas(1). Convendría, en este sentido, reflexionar brevemente sobre el origen y características de estas dos disciplinas: la Documentación y la Gestión de la Información, porque nos ayudará a dar un marco conceptual a este análisis.
La Documentación surge como respuesta a una serie de cambios del siglo XIX. El aumento de la producción científica y el interés de los científicos por la producción reciente desbordaron los cauces de la bibliografía científica y condujeron a la constitución de una serie de técnicas y procesos específicos y propios de esta nueva disciplina. Destacan como novedades cualitativas del movimiento documental del siglo XIX: la formulación del concepto general del documento como soporte de información; la demostración de que el trabajo en este campo necesitaba de la cooperación internacional y los inicios del estudio científico-social de la producción y consumo de la información científica(2).
A lo largo del siglo XX asistimos a la aparición de distintas perspectivas de la Documentación: labiblioteconómica(3), la documental(4) y la informativa, concepción esta última, de la Documentación sustentada en la estructura del proceso informativo. En los años 60, una serie de factores tales como el paso al primer plano del concepto información frente al énfasis que hasta entonces se había puesto en sus soportes o documentos y la revolución tecnológica que supusieron los ordenadores y los procedimientos reprográficos, favorecieron una serie de cambios en la disciplina que conllevan a su reformulación desde la Information Science.
La Information Science nace en los Estados Unidos, y su primera definición surge de las conferencias celebradas en 1961 y 1962 en el Georgia Institute of Technology. Los estudios sobre el tema han sido hasta ahora diversos e innumerables, de ellos nos interesa destacar la aportación de Borko en su trabajo "Information Science: What is it?" (1968) que cierra y completa las esbozadas por R.J.Taylor. Borko define la Information Science como "ciencia interdisciplinaria que investiga las propiedades y comportamiento de la información, las fuerzas que gobiernan el flujo y el uso de la información, y las técnicas, manuales y mecánicas, del proceso informativo para el más eficaz almacenamiento, recuperación y diseminación...", y "la Documentación es (junto con la Biblioteconomía) uno de los muchos componentes aplicados de la Information Science. La Documentación tiene por objeto la adquisición, almacenamiento, recuperación y diseminación de la información documentaria registrada, principalmente en la forma de publicaciones periódicas"(5).
Tanto Taylor como Borko aportan un concepto amplio de Information Science que incluye un nivel teórico, de ciencia pura, junto a un nivel operativo o de ciencia aplicada en el que estarían presentes todas las disciplinas relacionadas con la Documentación y la Información: Archivística, Biblioteconomía y Documentación.
En los años 80 asistimos a la aparición de una nueva disciplina: Information Management o Gestión de laInformación que puede considerarse una nueva aplicación práctica de la Information Science, que, aunque posee elementos en común con el resto de las disciplinas mencionadas, no debe confundirse con ninguna de ellas.
Esta disciplina tiene su origen en los debates del Congreso norteamericano cuando éste aprobó la PaperWork Reduction Act (1980) que responde a la necesidad de reducir los trámites burocráticos y la grancantidad de papeleo existente en la Administración norteamericana.
"La finalidad última de la GRI (Gestión de Recursos de Información) es ofrecer mecanismos que permitan a la organización adquirir, producir y transmitir, al menor coste posible, datos e información con una calidad, exactitud y actualidad suficientes para servir a los objetivos de la organización" (Taylor, 1986)(6). Esta definición de la Gestión de la Información aporta elementos importantes para la delimitación de sus contenidos fundamentales. En primer lugar la consideración de que la información es un recurso importante en la consecución de los objetivos de cualquier organización y que, por tanto, a de ser administrado con criterios de economía y eficacia, aspecto que, por otro lado, aún hoy está muy lejos de ser conscientemente admitido por la mayor parte de las organizaciones, como luego veremos.
En las organizaciones existen recursos visibles, tangibles como el capital, los materiales o las máquinasnecesarias para llevar a cabo las operaciones diarias de las empresas, y recursos invisibles, intangibles como la imagen de marca, la habilidad tecnológica, dominio de los canales de distribución, etc. El éxito de la organización no depende sólo de cómo maneje sus recursos materiales sino de cómo aproveche sus activos intangibles. Y su correcto desarrollo depende de que exista un adecuado flujo de información entre la organización y su entorno y entre las distintas unidades de la organización(7).
H. Itami define tres tipos básicos de flujos de información en cualquier organización: la entrada de información procedente del entorno (información ambiental), el movimiento de información dentro de la organización (información interna) y la salida de información desde la organización al exterior (información corporativa). Cuanto mayor sea la habilidad de la organización para manejar estos flujos, más poderosos serán los activos invisibles y más fuertes sus factores de competitividad(8).
En segundo lugar, la constatación de los Sistemas y Redes de Información como instrumentos necesarios para procesar y aplicar la información es otro de los componentes fundamentales de la Gestión de la Información. Los Sistemas de Información (SI) tienen como objetivo satisfacer las necesidades de información de sus usuarios a través de la integración de los flujos informativos existentes en las organizaciones. De la mano de las Tecnologías de la Información, los SI y las Redes de Información compartida están produciendo una revolución en las organizaciones, favoreciendo el acceso rápido a la información interna y externa, formal e informal, previniendo las duplicaciones de información, obteniendo el máximo rendimiento a la información existente y evitando la territorialidad informacional(9).
Andreu, Ricart y Valor (1991)(10), definene un SI como un "conjunto integrado de procesos, principalmente formales, desarrollados en un entorno usuario-ordenador que, operando sobre un conjunto de datos estructurados (bases de datos) de una organización, recopilan, procesan y distribuyen selectivamente la información necesaria para la operatividad habitual de la organización y las actividades propias de la dirección de la misma".
En las organizaciones podemos distinguir, fundamentalmente, dos tipos de Sistemas de Información: losAdministrativos y los Documentales. Los primeros obtienen, almacenan, recuperan y distribuyen datos relativos a las actividades de las diferentes áreas funcionales o departamentos de la organización(11) y los segundos obtienen, almacenan, recuperan y distribuyen información sobre el conocimiento registrado en un depósito o en una red de documentos.Cada uno de estos SI tiene sus propias características que condicionan su diseño y desarrollo y que deberán tener presentes los responsables de su puesta en marcha(12).
Volviendo a los flujos de información de H. Itami, es evidente que los SI son los encargados de seleccionar, procesar y distribuir la información procedente de los distintos ámbitos: información interna, externa e información corporativa. En función del tipo de información se diseñarán sistemas administrativos o documentales, de acuerdo con las necesidades de información de los usuarios del sistema y con criterios de integración.
¿Cuál es el perfil del gestor de la Información?
El gestor de información se ocupará de la planificación estratégica y la coordinación de todos los recursos relacionados con la información y participará en el diseño e implantación del sistema de información de la organización, a través de la coordinación de todos aquellos departamentos que manejan información. Esa es la labor que tiene encomendada para el siglo XXI y su formación ha de estar en consonancia con esta necesidad potencial que se detecta desde hace algunos años.
Se puede afirmar, en líneas generales, que son pocas las organizaciones que cuentan con un Plan deInformación que contemple el desarrollo de un SI integrado, que, normalmente suele estar fragmentado por departamentos o áreas de la organización y no suele haber un responsable de la integración y organización global del SI y, si existe, lo normal es que pertenezca al departamento de Informática.
Los profesionales de la información: archiveros, bibliotecarios y documentalistas se han ocupado, encolaboración con el área de informática, del diseño y desarrollo de los SI documentales. El resto de lossubsistemas se han desarrollado de forma aislada y descoordinada desde las distintas áreas de lasorganizaciones y sin tener en cuenta la opinión y la experiencia del experto en información.
Esta es, en líneas generales, la situación actual. Esto no implica que deba continuar así, y en este sentido consideramos que el gestor de información ha de jugar un papel fundamental en la configuración del Plan de Información de la organización colaborando, como experto en Información, en el diseño y desarrollo de su SI. La elaboración del Plan de Información ha de ser tarea de un equipo multidisciplinar integrado por profesionales de la información, informáticos y técnicos de los distintos departamentos o áreas de la organización. Cada uno de estos profesionales ha de aportar su experiencia y conocimientos en sus ámbitos concretos: el informático en tecnologías y soluciones informáticas; los técnicos en la administración de la organización de la que forman parte y el profesional de la información en Documentación e Información. Las organizaciones no son conscientes de esta realidad y funcionan normalmente sin un Plan de Información y, lo que es aún más importante, ni los propios profesionales de la información son conscientes del papel que están llamados a desempeñar.
¿Cuál debe ser, entonces, la formación de este nuevo profesional?
La oferta formativa tradicional de los planes de estudio existentes no es suficiente para la formación de este nuevo profesional de la información. Existe una cierta tendencia a considerar que, si bien ningún profesional tradicional de la información (archivero, bibliotecario y documentalista) posee una formación idónea para desarrollar esas funciones, el documentalista es el más próximo a ese perfil, aunque será necesario completar y mejorar su formación reformando los planes de estudios(13).
A. Cornella sostiene que la formación del gestor de información debe apoyarse sobre tres áreas básicas de conocimientos: Administración de empresas, Tecnologías de la información e Información, junto al desarrollo de habilidades que le faciliten la relación con el entorno empresarial: comunicación, presentación y negociación. El objetivo básico de la faceta dedicada a la Administración de empresas es suministrar al gestor sólidos conocimientos sobre el mundo de los negocios y sobre la estructura y funcionamiento de las organizaciones. Incluiría temas como: contabilidad, finanzas, micro y macroeconomía, marketing, política de empresa, estructura de las empresas, planificación estratégica, gestión de proyectos, gestión de recursos humanos, etc. El gestor de información no debe ser un especialista en informática, pues el equipo multidisciplinar habrá de contar con estos especialistas, pero sí debe contar con conocimientos suficientes para aprovechar las posibilidades que las nuevas tecnologías pueden aportar a la organización. Los temas a incluir, entre otros, son: informática, telecomunicaciones, análisis y diseño de sistemas, diseño, manejo y gestión de bases de datos, redes telemáticas, automatización de oficinas, sistemas de apoyo a la decisión y de información ejecutiva, etc. Por último, el gestor debe ser especialista en Información, manejando temas como: gestión de recursos de información, técnicas de organización de la información, psicología del usuario de información, fuentes de información internacional en bases de datos en linea, inteligencia corporativa, métodos de investigación y elaboración de información, evaluación de la calidad de la información, políticas de información, economía de la información, etc.(14).
El esquema de formación presentado por Cornella se está impartiendo en escuelas de estudios deInformación en los EEUU y en el Reino Unido. Antes de analizar hasta qué punto los planes de estudio de las Universidades españolas responden a estos contenidos, creemos interesante analizar otras cuestiones.
¿Cuál es la situación de la Documentación e Información y el mercado laboral enEspaña ante esta nueva realidad ? ¿Demandan las organizaciones gestores deinformación, o estas reivindicaciones superan la situación real española?
La situación de la Documentación y, en concreto, del mercado laboral de los profesionales de la Información en España son grandes desconocidos. Los estudios realizados son muy pocos, parciales y genéricos pero, a falta de otros más específicos que abarquen la realidad nacional, tienen el valor de muestra, con cierto valor representativo de la situación que explicitamos.
De acuerdo con el estudio de Moreiro, Moscoso y Ortiz-Repiso(15) la mayor parte de los diplomadosespañoles en Biblioteconomía y Documentación que trabaja lo hace en organismos, instituciones y empresas dependientes de la Administración Pública, y más concretamente en bibliotecas (63% en Administración Pública y 11.1% en empresas públicas). La contratación en la empresa privada sigue siendo muy escasa (3.7% en empresas grandes, 7.4% en empresas medianas y 7.4% en empresas pequeñas).
El estudio de E. Montes(16) basado en el análisis de una muestra de ofertas de empleo para documentalistas, bibliotecarios, archiveros y gestores de información publicadas en dos diarios nacionales entre 1984 y 1994 viene a confirmar estos datos, pues concluye que el sector público sigue siendo el que, en términos absolutos, mayor número de empleos ofrece a los bibliotecarios y documentalistas. De acuerdo con este estudio son estos últimos los profesionales de la información más demandados, en cambio se ofrecen muy pocos puestos de gestores de información y su perfil profesional se asocia a candidatos con experiencia gerencial y probado dominio en la concepción de sistemas de información empresarial.
Analicemos brevemente cuál es la situación en la Administración Pública de algunas Comunidades Autónomas. Entre las conclusiones del estudio realizado por J. Gómez e I. Maesso(17) sobre los profesionales de la información en la Junta de Andalucía destacamos el hecho de que, aunque una gran parte de los puestos de trabajo de profesionales de la información están adscritos a las Secretarías Generales(18), se aprecia, sin embargo, falta de voluntad en la conformación de un sistema integral de información y documentación en las organizaciones, pues las unidades documentales: archivo, biblioteca y/o centro de documentación, no suelen confluir, la mayor parte de las veces, en un mismo servicio. Se observa, además, falta de coordinación y duplicaciones de unidades documentales dentro de una misma organización. En el informe se apuesta por la integración y gestión unitaria de todos los servicios de información dentro de una misma organización y por una actitud más activa del bibliotecario o archivero como co-protagonista con otros profesionales en la gestión de la información. Por último, se propone la "creación y regulación de un Sistema Andaluz de Centros de Documentación" junto al Sistema Andaluz de Archivos y el Sistema Andaluz de Bibliotecas, así como la definición de un Sistema Andaluz de Información y Documentación que aglutine y planifique estos subsistemas (19).
En la Comunidad Autónoma de Extremadura la situación de la Documentación es significativamente peor que la de Andalucía. Se observa un escaso número de personal permanente dedicado a las tareas de información, sólo 49 de los más de 7000 puestos de trabajo de la Comunidad. El grueso se encuentra en la Consejería de Cultura y Patrimonio, que es la que tiene atribuida la competencia sobre Bibliotecas. En las restantes Consejerías es muy escasa la existencia de puestos estables de bibliotecarios. Llama la atención que Consejerías tales como: Industria y Hacienda, Medio Ambiente, Economía, Urbanismo y Turismo, etc., con papeles fundamentales en el desarrollo económico y social de Extremadura no contemplen en sus RPT ningún puesto de bibliotecario, archivero o documentalista(20).
En la Comunidad Autónoma del País Vasco, según un informe encargado por la Asociación Vasca deArchiveros, Bibliotecarios y Documentalistas, (ALDEE)(21), se observa una situación de escaso desarrollo de la Documentación–Información aunque con claros síntomas de expansión. Se aprecia la aparición de nuevos centros y servicios documentales de reciente creación o reforzados en su anterior cobertura. Los sectores y áreas temáticas que atienden se diversifican: "sobre todo en las Administración Públicas, pero también en la empresa privada y en otros organismos de distintas naturaleza (social, cultural, profesional, deportiva...)". Se detectan ciertas deficiencias tales como instalaciones insuficientes, aislamiento y descoordinación entre los centros, escaso número de documentalistas en ejercicio, falta de especificidad y definición de las tareas propias de estos profesionales, así como lagunas notorias en el área formativa. El informe apuesta por la necesidad de potenciar un "perfil más integral de la profesión, fuerte y reconocible, capaz de desplegar la actividad propia de un responsable-gestor de la información, ya no circunscrito a un espacio cerrado y unidimensional, sino abierto a la interacción con las distintas secciones de la organización"; así como por un papel más activo de la Administración Pública en la planificación y coordinación del sector.
En el ámbito de la empresa privada, los estudios de Moreiro (1995) y Montes (1995) confirman, como ya hemos comentado, que es bajo el porcentaje de profesionales que trabajan en este sector. En una encuesta realizada en Extremadura a directivos de cinco empresas representativas de sectores económicos diferentes(22), con objeto de obtener información sobre el nivel de conciencia de las empresas extremeñas de la necesidad y rentabilidad de la información y de los servicios que los profesionales del sector pueden ofertarles, se concluye que estas empresas carecen de política informacional y por tanto la presencia de servicios de información y profesionales de la Documentación es prácticamente inexistente, pero lo que es más importante, existe una escasa conciencia de la necesidad de contar con recursos informativos organizados y, aunque aprecian hasta cierto punto las ventajas de disponer de un servicio de documentación, no detectan su rentabilidad. Se concluye que "el sector privado extremeño no parece ser una fuente de empleo para los profesionales de la información a no ser que se desarrolle una política seria de concienciación y difusión del valor del especialista en información".
Algo similar es la situación de la Comunidad Autónoma de Asturias(23). Aunque su actividad empresarial es bastante dinámica y por lo tanto adecuada, en principio, para el desarrollo de la Documentación e Información, sin embargo la realidad es bastante diferente. Aunque estas organizaciones producen una gran cantidad de documentación y necesitan información diaria novedosa, los responsables, en la práctica, desconocen las ventajas de los servicios y profesionales de la información.
Otros estudios(24) confirman que hay determinados sectores empresariales, como el de las industrias químicas y farmacéuticas, que en los últimos años sí están generando una importante demanda de profesionales de la información, pero que al tratarse de un mercado laboral complejo y muy especializado está destinado a licenciados en ciencias, químicos o farmacéuticos con formación en Documentación, lo que viene a complicar aún más la situación del sector: necesidad de formación específica en las materias de especialización de las organizaciones. De acuerdo con éste y otros estudios similares es necesario que la licenciatura capte estudiantes procedentes de otras titulaciones, especialmente de las áreas científicas y técnicas. Según M. J. Recoder y P. Cid los actuales estudiantes de la licenciatura que no provienen de la diplomatura no alcanzan el 10% y proceden, en su mayoría, de carreras de humanidades o letras. Este es un dato muy importante a tener en cuenta en la formación de profesionales de la información para los próximos años(25).
Esta muestra es, a nuestro entender, bastante representativa de lo que puede ser la situación a nivel general en España, aunque hay regiones que, por su desarrollo empresarial, pueden presentar una situación algo diferente. Sorprende el hecho de que a pesar de la escasa oferta de trabajo de las empresas privadas siguen apareciendo en prensa noticias que hablan sobre las importantes perspectivas profesionales de la información e incluso muchos profesionales piensan que son reales esas perspectivas(26). Esto nos lleva a plantear la siguiente conclusión: existe un mercado potencial que aún está sin explotar, ni los empresarios conocen realmente los beneficios que estos profesionales de la información pueden dar a sus organizaciones, ni los profesionales, ni sus asociaciones han realizado acciones suficientes para esa concienciación, pero la necesidad está ahí y habrá que sacarle partido.
De este análisis somero de la situación de la Documentación y los profesionales de la información en algunas Comunidades Autónomas, se desprende que, en la mayor parte de nuestra geografía, existen grandes deficiencias en Documentación e Información. Se carece de una auténtica política de Información y Documentación; no existe un Sistema de Centros de Documentación; faltan puestos de profesionales de la Información, y muchos de los que existen están en manos de personas que no tienen formación adecuada en Documentación; se observa una falta de coordinación entre las diferentes unidades documentales dentro de una misma organización, etc. etc. Y, por si todo esto fuera poco, existe un mercado laboral privado potencial cuyos dirigentes, la mayor parte de las veces, desconocen las ventajas que un sistema de información eficaz puede proporcionar en el desarrollo de los objetivos de su organización.
Somos conscientes de que la reivindicación del papel del gestor de información en las organizaciones supera la situación que la Documentación tiene en España en general. Es difícil asumir una propuesta que supera el rol tradicional del profesional de la información, cuando en la mayor parte de nuestra geografía existen grandes deficiencias en Documentación e Información aún manteniendo ese papel tradicional.
Es necesario desarrollar una auténtica política de Información a nivel nacional y autonómico, que planifique y posibilite el desarrollo e integración de los sistemas de información de archivos, bibliotecas y centros de Documentación, y que favorezca la integración de los sistemas de información documentales en las organizaciones. Ahora bien, creemos que este es el punto de partida de unas reivindicaciones que deben ser aún más ambiciosas. Con esa integración lograríamos la conformación del subsistema documental de la organización, pero faltaría por desarrollar el Sistema de Información integral de la organización. Los profesionales de la información tienen que luchar para que las organizaciones cuenten con un Plan de Información y por ocupar el lugar que les corresponde como expertos en Información. Y para ello deben exigir que la Universidad, a través de la licenciatura o de cursos de Postgrado, ofrezca la formación adecuada que les capacite para asumir estas responsabilidades.
¿Cuál es la formación que se está impartiendo a los profesionales de la información? ¿Responde a las necesidades de la sociedad?
Hasta ahora la Universidad, a través de la diplomatura, licenciatura y cursos de postgrado, ha formado a profesionales con perfiles específicos "tradicionales" en técnicas de Documentación e Información. Pero creemos no equivocarnos si decimos que la formación que se oferta hoy está lejos de contribuir a la formación de ese gestor de información con responsabilidades que superen el círculo tradicionalmente asumido por los archiveros, bibliotecarios y documentalistas. Es cierto que el desarrollo de las licenciaturas en Documentación e Información ha posibilitado la consecución de algunos objetivos importantes en la formación de estos profesionales. De acuerdo con la propuesta de licenciatura elaborada por el Grupo de Trabajo Nº 14 el perfil del titulado superior queda muy bien delimitado: "...profesionales para llevar a cabo tareas de investigación y para planificar, organizar y dirigir grandes centros informativos o redes de información automatizados, tanto en el área de bibliotecas, como en la de centros de documentación y en la de archivos"(27).
Sin embargo, si analizamos la propuesta de áreas temáticas de Cornella: Administración de empresas,Tecnologías de Información e Información, y la comparamos con los planes de estudio actuales observamos que éstos están lejos aún de responder a las necesidades formativas del nuevo profesional de la información(28).
En los últimos años, tanto en la diplomatura como en la licenciatura, se han incluido asignaturas relacionadas con Gestión y Administración. Sin embargo en el estudio de Massisimo, Rey y Rodríguez(29) sobre el grado de implantación de la gestión en los planes de estudio de las Universidades españolas, se aplica el concepto "gestión" exclusivamente a unidades de información y se concluye que el nivel de implantación de la gestión en los centros docentes españoles es todavía bastante modesto en relación con la importancia que los profesionales en ejercicio dan a esta materia.
No obstante, aunque los contenidos en Administración de empresas son casi inexistentes, hay dos experiencias que muestran que hay cierta tendencia al cambio. En primer lugar la incorporación de la asignatura "Gestión de la Información" a los planes de estudio de las Universidades de Murcia, Carlos III y Complutense. En segundo lugar, la Universidad Carlos III ha optado por la elaboración de un plan de estudios de enfoque económico y empresarial, a través de la participación de las áreas de Economía aplicada, Economía de empresa, Lenguajes y sistemas informáticos y Derecho administrativo(30). Experiencia que en principio nos parece interesante y más próxima a la propuesta de Cornella, pero que habrá que analizar más pormenorizadamente.
Con respecto a las Nuevas Tecnologías, en términos cuantitativos hay estudios que demuestran cómo las distintas facultades han ido incrementado, en las sucesivas reformas de los planes de estudio, su carga docente en asignaturas relacionadas con esta materia. Destaca la Universidad de Granada que está a la cabeza de asignaturas tecnológicas tanto en la diplomatura como en la licenciatura. Otras Facultades compensan la escasez de estas asignaturas en la Diplomatura con una presencia significativa en la licenciatura, es el caso de la Universidad de Salamanca. Llama la atención su escasa inclusión en Universidades como Murcia, León y Zaragoza, cuya explicación hay que buscarla en el hecho de ser diplomaturas "no autónomas" (caso de León y Zaragoza), sino incluidas en Facultades de Letras, que han dado una orientación diferente a estos estudios. Otras Facultades como la Carlos III y Extremadura tienen unos porcentajes medios tanto en la diplomatura como en la licenciatura(31).
En cualquier caso se trata de un estudio fundamentalmente cuantitativo. Las conclusiones se han basado en el análisis del número de asignaturas de Tecnologías de Información y número de créditos de los Planes de Estudios. Nos interesan más estudios de tipo cualitativo o de ambos tipos, como el informe del Transbinary Group(32) que hace hincapié en que el contenido tecnológico dentro de los programas debe tender a incrementarse e integrarse dentro de las distintas materias(33). El estudio de campo realizado muestra cómo la situación de los países europeos es muy variada pero son muy pocos los países que cumplen esa integración.
En opinión de F.de Moya(34) hay tres factores que determinan el nivel de desarrollo de las Nuevas Tecnologías en las Universidades: el interés del centro por desarrollar unos contenidos más o menos ligados a la tecnología, los medios con los que se cuente y, quizá el aspecto más importante, la formación de los profesores.
En un informe elaborado por Starre en 1990(35)sobre los contenidos de tecnología que aparecen con más frecuencia en los países de la Comunidad Europea, se concluye que el más frecuente es la Introducción a la Informática, en segundo lugar la Recuperación On line, seguida por las Fuentes de Información Automatizada, la Catalogación y la Automatización Bibliotecaria, para pasar a continuación a un conjunto de contenidos ya menos frecuentes, como Diseño de Sistemas de Bases de Datos, Videotex, Sitemas Expertos, etc. Observamos que muchos de ellos tienen más relación con el perfil tradicional del documentalista que con el del gestor de la información.
De un estudio de González. A. y Navarrete(36), que analiza los contenidos presentes en las diferentes Escuelas durante el curso 93/94, interesa destacar que muchos de los contenidos propuestos por Cornella no están incluidos en estos programas. Estamos aún lejos de una formación en Tecnologías de la Información apropiada para la formación del gestor de información. Los contenidos que se imparten en las Universidades españolas están enfocados fundamentalmente para el perfil tradicional del documentalista. Y el principal problema para la inclusión de esos contenidos en las Universidades es la tercera de las variables apuntada por F. de Moya: la formación del profesorado. No se trata sólo de mejorar la formación de los profesores existentes, se trata también de incorporar profesores procedentes de otras áreas formativas en las facultades de Documentación.
Conclusiones y propuestas
- La Gestión de la Información o Information Management aporta retos nuevos al mundo de la Documentación e Información en las organizaciones que superan los tradicionalmente asumidos por los Documentalistas. Estos nuevos desafios están revolucionando los perfiles tradicionales de los profesionales de la Información con la aparición de un nuevo profesional: el gestor de la Información.
- Las repercusiones en la delimitación del perfil de este nuevo profesional y en su formación están siendo asumidas sin problemas y de forma más o menos progresiva en los países anglosajones, países con una larga tradición en Documentación e Información. Sin embargo en nuestro país el desarrollo de esta nueva disciplina y los cambios que supone, en cuanto a formación, contratación, delimitación de perfiles, etc. están retrasándose por una serie de problemas específicos: falta de una política de información, escasa consolidación del sector y del mercado laboral, formación de corte tradicional que no responde plenamente a las demandas de los nuevos profesionales, etc.
- Pensamos que para solventar los problemas planteados, las Asociaciones Profesionales y la Universidad tienen un papel fundamental que cumplir. Apostamos por un asociacionismo fuerte para hacer frente a las demandas del sector.
- La Administración Pública y, en mayor medida, las empresas privadas no son conscientes de la importancia de la gestión de la información para el logro de sus objetivos. De ahí la necesidad de encauzar acciones para lograr la concienciación de ese mercado laboral potencial. Aunque algunas Asociaciones han iniciado esfuerzos en este sentido, todavía queda mucho por hacer y deberán combinarse actuaciones a nivel autónomico con otras a nivel nacional.
- Es necesario que desde la Universidad y desde las Asociaciones se promuevan y realicen estudios de mercado sobre la Documentación e Información que permitan conocer y valorar las demandas que la sociedad, en general, y las organizaciones, en particular, formulan al sector. Los resultados de estos estudios serán la base de las propuestas de reformas de los planes de estudios y servirán para la organización de campañas de concienciación ante el mundo empresarial, a través del desarrollo de jornadas que muestren qué es y qué puede ofrecer la Documentación y la Información a una empresa privada. Se trata de convertir en real ese mercado potencial y ponerlo a disposición de los profesionales de la información.
- Los planes de estudios de las Universidades españolas habrán de asumir de formaprogresiva las demandas que la sociedad tiene planteadas en la formación del gestor de la información. En la reforma de esos planes de estudio las Asociaciones Profesionales han de jugar un papel importante junto con los representantes de la Universidad. Apostamos por un sistema de acreditación similar al que funciona en EEUU, en el que las Asociaciones colaboran con los centros de formación en la normalización de sus programas de formación. Se trata de establecer controles de calidad en los planes de estudio y de homologar sólo aquellos que cumplen las normas establecidas. Los criterios de homologación se revisan periódicamente, lo que obliga a los centros a adaptar sus programas a las necesidades demandadas por el mercado laboral(37).
- Proponemos una formación de carácter general y armonizada (tronco común) para todos los profesionales de la información y una formación específica en las distintasespecialidades de la Documentación e Información: Archivística, Biblioteconomía, Documentación, Gestión de la Información. Esta especialización podría adquirirse en elsegundo ciclo, a través de asignaturas optativas. En el caso de diplomados de otras Facultades que acceden a la licenciatura en Documentación, la superación de loscomplementos de formación (40 a 45 créditos) podría cubrir esa formación común y a partir de ahí el alumno seleccionar su especialización(38).
- Es importante que la licenciatura capte estudiantes procedentes de otras titulaciones,sobre todo de las áreas científicas y técnicas, porque una parte del mercado laboral estáexigiendo profesionales con formación específica en las materias de especialización de las organizaciones.
- La sociedad demanda profesionales de la información con diferentes perfiles: archiveros, bibliotecarios, documentalistas y gestores de la información. Las Asociaciones Profesionales tienen una labor importante que realizar en la delimitación de los diferentes status profesionales: formación, niveles, funciones, salarios... Una vez establecidos se estará en condiciones de exigir, en la medida de lo posible, a la Administración, en primer lugar, pero también a cualquier tipo de organización contratante, que se sigan los criterios establecidos.
- Con respecto al profesorado es interesante tener en cuenta que "mientras en la mayoríade escuelas de Biblioteconomía y Documentación europeas encontramos profesores de muy diversa procedencia, si bien son frecuentes los de varias ramas de las ciencias sociales y de informática, en España predominan las licenciaturas en letras, especialmente las distintas filologías y Geografía e Historia, con una participación por ahora simbólica de ingenieros e informáticos"(39). El desarrollo de una oferta formativa más acorde con las necesidades del nuevo profesional de la información implica no sólo la adaptación de los conocimientos de los profesores en ejercicio, sino también la incorporación de profesores de otras áreas formativas.
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Notas:
1.Citado por MINNER VAN NEYGEN, V. (1993:150)
2.TERRADA, M.L.; LÓPEZ PIÑERO, J.M. (1980:238)
3.Defendida por Bradford, Shera... que consideran que la "Documentación no es otra cosa que un aspecto de ese arte mayor que es la Biblioteconomía"(BRADFORD). Citado por LÓPEZ YEPES, J. (1995:109) 4.Defendida, entre otros autores por M.R. Ditmas que definió la actividad documental como " el sector de la bibliografía en que la principal preocupación recae sobre el perfeccionamiento de los medios para la utilización activa de los registros del conocimiento humano, en oposición a su custodia". Citado por LÓPEZ YEPES, J. (1995:128)
5.Citado por LÓPEZ YEPES, J. (1995:164-165)
6.Citado por CORNELLA, A. (1994:149)
7.ITAMI, H (1987). Citado por CORNELLA, A. (1994: 74). Itami habla de empresas, hemos sustituido ese término por organizaciones porque entendemos que son conceptos aplicables a toda organización:pública o privada.
8.ITAMI, R. (1987). Citado por CORNELLA, A. (1994:75)
9.CORNELLA, A. (1994: 120)
10.Citado por GIL PECHUAN, I (1997:23)
11.SENN, J. (1992:25-30) distingue entre los SI Administrativos: Sistemas para el procesamiento de transacciones, Sistemas de Información Administrativa (MIS) y Sistemas para el soporte de decisiones (DSS). 12.CODINA, L. (1994) analiza las características de estos dos tipos de SI.
13.MiNNER VAN NEYGEN, V. (1993: 149). ..."el gestor de información se podría considerar también como un documentalista (por su formación) que realiza su labor desde una perspectiva de gestión y administración". LÓPEZ HERNÁNDEZ, L. (1990: 908), habla de "documentalistas-gestores de la información". CORNELLA, A (1994:159) también considera que son los documentalistas los más próximos al nuevo perfil profesional.
14.CORNELLA, A (1994:163-164). Sobre este tema se puede consultar también la propuesta de LÓPEZ HERNÁNDEZ, J. (1990: 910-911) sobre los contenidos de la asignatura "Gestión de la Información y Documentación en las organizaciones".
15.MOREIRO, J.A; MOSCOSO ; ORTIZ, V. (1995), estudio basado en una encuesta realizada a la promoción 1990-91 de las Universidades de Murcia, Salamanca, Granada y Barcelona. 16.MONTES, E. (1995)
17.GÓMEZ, J.; MAESSO, I. (1997)
18.Según nota de autores del informe este hecho que debe valorarse positivamente pues éstas tienen asignadas, aunque de forma algo imprecisa, la gestión de la información y documentación en el ámbito de la Consejería u Organismo correspondiente.
19.Sobre este tema se puede consultar el artículo de GÓMEZ, J. (1996)
20.MORALO, M.; MORALO, S. (1996) ). Aunque se trata de un informe general sobre la situación de la Documentación en el País Vaso, sin embargo, muchas de sus conclusiones hacen referencia a la situación de la Documentación en la Administración.
21.ARANES, J.I.; LANDA,c.; PLANO, C.; CELAÁ, M. (1996)
22.FERRER, A. (1996)
23.LAVANDERA, R. ROLDÁN, J.M. (1996)
24.JIMÉNEZ, M.A.; GONZÁLEZ, A. (1996)
25.RECODER, M.J.; CID, M.P. (1995)
26.MONTES, E (1995) señala que es probable que en los próximos años, al igual que está ocurriendo en otros países europeos, la necesidad de la gestión integrada de los SI en las organizaciones, dé lugar a la apertura de nuevos mercados de trabajo en España, y a un incremento de los puestos de trabajo no tradicionales. 27.Reforma de las enseñanzas universitarias (1988). Citado por ESPELT, C.; PONS, A. (1996)
28.Es evidente la necesidad de realizar un estudio exhaustivo al respecto, sin embargo, nos atrevemos a extraer unas primeras conclusiones resultado de análisis de estudios parciales sobre la formación de los profesionales de la información. Nuestro examen está centrado en la parte más innovadora de la propuesta de Cornella: Administración de empresas y Tecnologías de la Información. No analizamos la Información por ser el área temática más específica de la Documentación e Información.
29.MASSÍSIMO, A; REY, C.; RODRÍGUEZ, C. (1996)
30.ESPELT, C; PONS, A. (1996: 253)
31.BONAL ZAZO, J.L., et al. (1996)
32.Transbinary Group... (1986). Citado por MOYA, F. (1996)
33.Sobre este tema trata también la tesis de SEBASTIÀ I SALAT, M. Citado por ESPELT, C.; PONS, A. (1996)
34.MOYA, F, (1996)
35.STARRE, J.H.E. (1990). Citado por MOYA, F. (1996: 249)
36.GONZÁLEZ, A.; NAVARRETE, (1994). Citado por MOYA, F. (1996) : recuperación de información en línea, gestores de bases de datos, procesadores de texto, hojas de cálculo, sistemas de autoedición, sistemas hipertexto, sistemas expertos, paquetes integrados de gestión bibliotecaria, paquetes estadísticos, correo electrónico, videotexto y teletexto y tratamiento informático de documentación archivística,
37.Puede obtenerse más información sobre este tema en : VALLE GASTAMINZA, F. (1993)
38.En este sentido elaboramos una propuesta similar, pero para estudios de postgrado que puede consultarse en: MUÑOZ, V; RODRÍGUEZ, A. (1994)
39.Tomamos estos datos de los trabajos (inéditos) presentados en un seminario de trabajo sobre formación que tuvo lugar en Barcelona en 1993, con motivo del congreso de la IFLA. Citado por ESPELT, C.; PONS, A. (1996)
El bibliotecario digital: el perfil de un nuevo profesional de la información
María Muñoz GómezFacultad de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad de Granada
Penélope Rubiano MontañoFacultad de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad de Extremadura
Resumen
Hasta hace poco tiempo el bibliotecario tradicional era un autodidacta por falta de enseñanzas oficiales, un conservador y un coleccionista, pero la llegada de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación a nuestra sociedad suponen un cambio radical en el concepto del bibliotecario actual.
La figura del bibliotecario digital es un elemento clave para el desarrollo de la sociedad actual por su papel dinámico y activo a partir de las nuevas tecnologías. Actualmente se está asumiendo la importancia de este profesional de la información completamente integrado en la llamada era de las nuevas tecnologías.
La formación del bibliotecario digital deberá centrarse en la adaptación a las nuevas corrientes tecnológicas, deberá ser flexible, multidisciplinar y evolutiva.
Palabras claves
Biblioteca digital, Bibliotecario digital, Gestor de información, Nuevas tecnologías, Información electrónica, Tecnología digital, Formación
Introducción
Parece evidente la existencia cada vez más importante de la figura del bibliotecario digital como elemento clave para el desarrollo de la sociedad actual.
El S.XXI está siendo testigo de una revolución de la información. La importancia y valor de la información está en constante crecimiento. Las nuevas tecnologías han cambiado drásticamente la forma en la que ésta puede obtenerse. Los bibliotecarios hoy día tienen que asegurar que todos los documentos estarán disponibles en todo momento y desde cualquier lugar.
La biblioteca digital necesita de bibliotecarios digitales pues no pueden ser construidas, gestionadas y preservadas sin la ayuda de estos profesionales. Estas bibliotecas deben contar con la infraestructura necesaria (hardware, software, personal y colecciones apropiadas) para cumplir las tareas de seleccionar, adquirir organizar, poner a disposición del usuario todo los fondos, preservarlos y conservarlos.
Los bibliotecarios tienen cada vez más importancia en cualquier sector de la sociedad que se ve desbordado por la cantidad de información que le rodea. Este profesional es el único que cuenta con las destrezas y experiencias necesarias para localizar la información que se necesita en un momento determinado en medio de la cantidad de información que hay en internet.
Formación
El objetivo de la formación del personal de la biblioteca digital debe ser la creación de un personal capaz de crear, mantener y expandir las bibliotecas digitales; capaz de un aprendizaje constante y provisión de recursos nuevos, y lo más importante, capaz de innovar.
El profesional de una biblioteca de estas características debe estar en continua formación debido a la rapidez con la que avanzan y cambian las nuevas tecnologías. Por ello, se considera muy importante que el bibliotecario posea una amplia formación profesional pero principalmente unas cualidades innatas aptas para este tipo de trabajo.
Este profesional debe tener inquietudes por aprender, estar al día, conocer lo último en su ámbito profesional y leer mucho pero de forma selectiva. Debe ser una persona con imaginación y visión de futuro, y dispuesta a hacer realidad esa visión.
Las bibliotecas del S.XXI serán gestionadas por este tipo de profesionales y sus conocimientos deberán centrarse en:
Teoría y práctica de HTML e incluso algo de SGML (nociones básicas)
Imagen
OCR (Optical Character Recognition)
Acceso a bases de datos e indización
Técnicas de formación efectivas
Conocer nuevas técnicas que se puedan utilizar para la creación de nuevos tipos de colecciones y servicios usando las tecnologías actuales.
Deben tener amplios y claros conocimientos para saber seleccionar adecuadamente la colección que se va a digitalizar.
Saber escanear
Creación y manipulación de imágenes para el Web.
La tendencia actual de los bibliotecarios digitales se centra en los siguientes aspectos:
De la biblioteca centralizada a la información centralizada
De la biblioteca como institución a la biblioteca como proveedor de información, y los bibliotecarios como especialista de la información que abarca todo el ámbito relacionado con la información.
De la utilización de las nuevas tecnologías para la automatización de funciones de la biblioteca a la utilización de la tecnología para mejorar el acceso a la información y el suministro de documentos que no están contenidos físicamente en las 4 paredes de la biblioteca.
De la red de bibliotecas para la provisión de información a la red de bibliotecas para todo tipo de suministradores de fuentes de información.
Estos profesionales deben seguir con un servicio de actualización permanente para estar al corriente de los cambios producidos en las tecnologías y los métodos de acceso y suministro de información con el fin de poder crear y gestionar las bibliotecas digitales. La inversión financiera de la biblioteca para contar con personal cualificado es muy importante así como su continua formación para adaptarse a los nuevos cambios y oportunidades de la era electrónica que repercutirá en un mejor servicio al usuario.
Herramientas de trabajo de los bibliotecarios digitales
Hoy día estos profesionales tienen la oportunidad de utilizar herramientas que les permite ofrecer un servicio más completo, rápido y sofisticado a sus usuarios. Las bases de datos y fuentes de referencia pueden consultarse vía Internet, los catálogos de las bibliotecas están accesibles de forma remota, los grupos de noticias y las listas de discusión ofrecen una oportunidad para discutir temas que afectan a más de 1 profesional, y el correo electrónico permite contactar con colegas que pueden ayudar a solucionar un problema en un momento determinado, y todo esto en un mínimo de tiempo.
Desde el principio en esta profesión los bibliotecarios han estado en contacto directo con el usuario suministrandoles la información y han aprendido a comprender lo que ellos necesitan y no lo que ellos dicen que necesitan (que son dos cosas muy diferentes). Los servicios que ofrecen son personalizados y orientados a los usuarios y ahora los ‘agentes interfaces’ y los ‘filtros personales’ están sustituyendo la mediación persona a persona. En la actualidad se tiende a sustituir el contacto personal a la hora de suministrar información por las consultas electrónicas.
Tareas
La tecnología para la producción y distribución de información es inútil sin alguna forma para localizar, filtrar y organizarla. Una nueva profesión de ‘Bibliotecario digital’ o ‘Gestor de la información’ combinará las destrezas de profesionales de la informática, bibliotecarios, editores y expertos de bases de datos para ayudarnos a localizar la información gestionada. Este profesional trabajará con software especializados en manipulación de información. Las tareas de estos bibliotecarios, en el entorno electrónico, se agrupan al menos en 3 áreas de trabajo:
Ofrecer acceso a la información. Ofrecen acceso a los recursos más importantes de la red haciendo uso de las actuales tecnologías. Los recursos electrónicos deben organizarse de forma lógica y fácil. Su labor es no sólo ahorrar tiempo y esfuerzo al usuario en busca de la información que necesita sino ofrecerle una lista de posibles sitios web con enlaces a su necesidad de información.
Asistencia al investigador. Abarca identificar, localizar y obtener publicaciones propias o prestadas a la biblioteca. Hoy día ningún recurso ni electrónico ni en papel es completo, por tanto la experiencia en la localización de información además de las destrezas tecnológicas son necesarias para satisfacer la consulta del usuario.
Diseñador de un sistema de colaboración. Los bibliotecarios están en contacto directo con los usuarios de los sistemas de recuperación de información. A menudo los usuarios informan de las dificultades encontradas al consultar un sistema o el profesional descubre carencias o necesidades del sistema, por ello está en contacto con el departamento de Tecnologías de la información que es el que diseña las bases de datos indicándoles el lenguaje, presentación, tipografía y diseño más adecuado para ofrecer la funcionalidad necesaria.
Oferta de trabajo en EEUU para un bibliotecario digital
Bibliotecario para tecnologías digitales. Universidad de Nueva York
Ofrece desarrollo técnico para los programas de bibliotecas digitales, incluyendo bases de datos de imágenes multimedia, colecciones digitales, presentación online, aplicaciones de texto electrónico y servicios web.
Trabajar con personal bibliotecario para desarrollar e implementar soluciones de programación para apoyar los proyectos digitales y contenido web, incluyendo escritura y formas; aplicaciones multimedia; métodos de visualización de documentos.
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Enviar curriculum y carta de solicitud, incluyendo nombre, apellidos, dirección y nº de teléfono de 3 referencias antes del 30 de Junio de 1997 a
JeffreySlemmer, Director de personal de la biblioteca,
Bibliotecas NYU,
70 Washington Square South,
New York, NY10012
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PERFIL MULTIDISCIPLINAR DE LOS NUEVOS PROFESIONALES DE LA INFORMACIÓN : PRINCIPALES ÁREAS DE CONOCIMIENTO EN LOS ESTUDIOS DE BIBLIOTECONOMÍA Y DOCUMENTACIÓN
C. Solano MacíasFacultad de Biblioteconomía y DocumentaciónUniversidad de Extremadura
C. López PujalteFacultad de Biblioteconomía y DocumentaciónUniversidad de Extremadura.
RESUMEN
Se ha realizado un análisis comparativo entre los distintos bloques temáticos presentes en los estudios de diplomatura y licenciatura en Biblioteconomía y Documentación de las universidades españolas, con objeto de comprobar la multidisciplinariedad de conocimientos que adquieren los alumnos, y la adecuación de los mismos a las necesidades del mercado de trabajo actual.
Biblioteconomía. Documentación. Estudios universitarios. Perfil profesional.
1. INTRODUCCIÓN
Las antiguas profesiones relacionadas con la información han ido evolucionando lentamente a lo largo de los siglos, y muy rápidamente en los últimos tiempos. La introducción de tecnologías en las actividades cotidianas de los profesionales, unida al auge de la llamada "Sociedad de la información", han causado un profundo cambio, influyendo tanto en las labores tradicionales como en la aparición de nuevos ámbitos profesionales donde se pueden -y deben- incorporar estos nuevos gestores de la información.
Su labor no es sólo conservar, tratar y difundir información; es planificar, administrar y controlar recursos informativos con el objetivo último de optimizar funciones. Debe poder analizar y diseñar sistemas de información, destinados a servir a todo tipo de organizaciones.
Para ello, consideramos imprescindible una formación multidisciplinar. Pero, ¿Se contempla esta necesidad en los actuales planes de estudio de Biblioteconomía y Documentación? ¿ O se ven obligados los recién diplomados y licenciados a completar su formación fuera del ámbito universitario?
Con este trabajo se ha pretendido realizar un estudio comparativo de los diferentes planes de estudio (1º y 2º ciclo) que se imparten en las distintas facultades y escuelas de Biblioteconomía y Documentación en España, con objeto de detectar los grandes bloques temáticos presentes en estos estudios.
El método seguido ha consistido en la recopilación de los planes de estudio actualizados de los distintos centros universitarios de Biblioteconomía y Documentación en España; posteriormente se ha procedido al análisis, definiendo las principales áreas temáticas existentes, y se han comparado los resultados de las distintas universidades.
Los factores que han sido objeto de trabajo y comparación están relacionados con el contenido definido para cada asignatura, el programa de las mismas, el área a la que pertenece, nomenclatura... como factores determinantes de la capacidad del futuro profesional para enfrentarse a los retos con los que se encontrará en la sociedad actual.
Como resultado de nuestro trabajo, hemos obtenido una serie de conclusiones que nos
permiten tener una visión general sobre la preparación multidisciplinar de los estudiantes, de cara a su inserción en el mundo laboral.
2. ANÁLISIS
Para la realización de este estudio, se han examinado los actuales planes de estudio de las escuelas y facultades de Biblioteconomía y Documentación españolas, con objeto de establecer los principales bloques temáticos en que, según nuestra opinión, pueden agruparse las asignaturas de estos estudios.
Para ello, se han recopilado los planes de estudio vigentes en los boletines oficiales del Estado correspondientes. Los bloques temáticos son los siguientes :
n Archivística y técnicas historiográficas
n Fuentes de información y bibliografía
n Gestión de unidades de información
n Gestión de documentos
n Tecnologías de la información
n Cuantitativas
n Idiomas
Para definir qué asignaturas pertenecen a cada bloque, nos hemos ceñido principalmente a la descripción del contenido, tal como viene definido en los planes de estudio de las distintas universidades; hemos tenido en cuenta en menor medida, la nomenclatura de las asignaturas y las áreas de conocimiento a que están vinculadas.
Se han analizado de forma independiente cada bloque temático en la diplomatura y la licenciatura de las distintas universidades, con el fin de realizar un análisis comparativo entre ambos ciclos. Hemos hecho recuento tanto del número de créditos como de número de asignaturas englobadas en cada bloque, diferenciando los tipos de asignaturas: troncales(1), obligatorias y optativas(2). Se han calculado los porcentajes correspondientes, en relación al número total de créditos y de asignaturas.
Nos ha parecido necesario distinguir entre créditos de asignaturas troncales, obligatorias y optativas, porque la troncalidad varía muy poco (como es lógico) de una universidad a otra, y recogen las materias fundamentales de los estudios. Sin embargo, las asignaturas obligatorias indican cual es la tendencia que cada universidad ha querido dar a sus estudios. Las optativas, como se sabe, no son de realización obligatoria ; el alumno puede elegir aquellas que desea cursar, y rechazar las otras, por lo que la presencia de un determinado número de optativas de un bloque temático puede no ser significativo en la realidad.
Todos estos datos se han recogido en tablas adecuadas, se ha realizado un análisis estadístico, y se han elaborado gráficos donde se pueden apreciar con claridad los resultados obtenidos.
Por último, se ha realizado un análisis comparativo de los datos, del cual hemos obtenido los resultados obtenidos en el punto siguiente.
3. RESULTADOS
En primer lugar, hay que subrayar que los resultados que se ofrecen en este estudio son de carácter general: únicamente se comentarán los datos de tipo cuantitativo, relativos al número de créditos y sus porcentajes, y también, de forma somera, a su distribución por tipos.
3.1. ARCHIVÍSTICA
En los gráficos 1 y 2 se puede ver la distribución de los porcentajes de créditos troncales, obligatorios y optativos que dedican las diplomaturas y licenciaturas de las distintas universidades a la Archivística.
Es evidente que la presencia de las asignaturas de esta materia se concentra en el primer ciclo, donde la media de créditos troncales es del 20 %, y de obligatorios del 11%. En la troncalidad, la uniformidad es total. En cambio, ya existen diferencias en los créditos de asignaturas obligatorias : de once universidades, sólo seis presentan créditos obligatorios en esta materia.
Como se ha señalado más arriba, estos créditos (troncales y obligatorios) corresponden a asignaturas que los alumnos deben cursar forzosamente, y por tanto, se supone que ello les obliga a adquirir unos conocimientos determinados de la materia.
Sin embargo, en la licenciatura no existe troncalidad y la media de créditos obligatorios es tan solo de un 2% (únicamente la Universidad Carlos III de Madrid presenta un porcentaje del 10%). Es decir, esta materia prácticamente no existe en el segundo ciclo.
En cuanto a las optativas, el caso es distinto : la media de la licenciatura es casi la misma que en la diplomatura (13% y 12% respectivamente)
Podemos concluir con que las asignaturas sobre estas materias tienen una considerable importancia en los estudios de primer ciclo, disminuyendo drásticamente en el segundo.
3.2. FUENTES DE INFORMACIÓN
En este bloque temático hemos agrupado aquellas asignaturas que estudian las distintas clasificaciones de información, en cualquier soporte y la forma más eficiente de recuperarla.
También se aprecia bastante uniformidad en los créditos optativos, con una media del 11%. Por encima de ésta, destaca la Complutense con 23%, y por debajo, la Universidad Carlos III, que no presenta créditos optativos, compensando su superioridad en troncales y obligatorios.
Se deduce de esto que la práctica totalidad de universidades se limita a impartir los créditos mínimos exigidos, dejando a los alumnos la opción de adquirir más conocimientos de este bloque mediante las optativas.
En cuanto al segundo ciclo, el gráfico 4 muestra resultados, cuanto menos, desiguales(3).
Sólo la Universidad de Extremadura y la Complutense presentan créditos obligatorios de esta materia ; la Uex aparece muy por encima de la media, mientras que el resto carece de ella o tan solo ofrece optativas, con un porcentaje medio bastante bajo (10%).
Por lo tanto, se observa que el estudio de este bloque temático tiene lugar, casi en su totalidad, en el primer ciclo en la mayoría de las universidades. Y que tan sólo tres ( Carlos III, Uex y Complutense) les dedica más créditos que los mínimamente exigidos en la troncalidad. Es decir, la mayor parte de los centros no dan excesiva importancia al estudio de las fuentes.
3.3. GESTIÓN DE UNIDADES DE INFORMACIÓN
En este bloque temático hemos incluido aquellas asignaturas que pretenden dar al alumno conocimientos sobre la planificación de centros (o redes de centros) de información, sobre su gestión administrativa, financiera, de recursos humanos, estudios de usuarios, etc.
En el gráfico 5, dedicado al primer ciclo, se aprecia que las asignaturas troncales no presentan grandes variaciones ; la media en este tipo de asignaturas es del 15%.
En cuanto a las obligatorias, podemos ver que destaca claramente la Universidad de Barcelona, que dobla la media, situada en el 14%. Asimismo, destaca con el máximo porcentaje de optativas dedicadas al estudio de estas materias. En cambio, hay 4 centros que no presentan asignaturas obligatorias, e incluso muy pocas optativas en Gestión de unidades de información.
Esto es lógico, si partimos de que este bloque temático, por su contenido, debe centrarse sobre todo en los estudios de segundo ciclo, ya que el primero se dedica a labores de tipo técnico. En relación con esto, vemos en el gráfico 6 (licenciatura), cómo la media es muy superior a la del primer ciclo, con un 23% de troncales.
El caso de Barcelona, en concreto, puede explicarse porque no tiene estudios de licenciatura, y sin embargo, ha querido preparar a su alumnado para que sepan gestionar los centros.
En créditos obligatorios vemos cómo Granada, Alcalá de Henares y Carlos III han dedicado una parte significativa de sus créditos a este bloque.
El porcentaje de optativas es relativamente escaso. Es evidente que se considera un bloque fundamental en los estudios de licenciatura, ya que se concentra un alto porcentaje de créditos (23% en asignaturas troncales y 10% en obligatorias) ; o lo que es lo mismo, casi una cuarta parte en troncalidad.
3.4 GESTIÓN DE DOCUMENTOS
En este bloque se han englobado asignaturas cuyo principal fin es el tratamiento documental : análisis documental, descripción bibliográfica, indización, resumen, clasificación, etc. Con ellas se busca dar al futuro profesional los conocimientos técnicos necesarios para desarrollar sus funciones.
En el gráfico 7 (diplomatura) encontramos una media de créditos troncales de 33%. Esto es, un tercio de la totalidad de los créditos troncales en el primer ciclo. De lo que ya se deduce la importancia que se le da a este bloque en la diplomatura.
En las obligatorias (de media 13%), hay variaciones importantes : mientras cuatro centros no presentan ninguna asignatura de este bloque, el resto mantiene un cierto porcentaje, destacando Zaragoza y Carlos III.
Las optativas siguen la línea anterior, con un 13% del total.
En el gráfico que representa la licenciatura (8), vemos cómo la media de créditos troncales ha bajado al 15%, y sólo una facultad (Politécnica de Valencia) presenta un alto porcentaje de créditos obligatorios. En este caso probablemente es debido a que esta universidad no tiene diplomatura en estos estudios, con lo que puede haber considerado conveniente incluir este tipo de conocimientos básicos en la propia licenciatura, aunque no sea lo habitual.
Este mismo caso puede darse en Alcalá de Henares, pero aquí se ha centrado la oferta en las optativas, donde destaca con el mayor porcentaje.
3.5. TECNOLOGÍA
Bajo esta designación se agrupan aquellas asignaturas cuyo cometido es proporcionar a los estudiantes los conocimientos informáticos, telemáticos y audiovisuales necesarios para desarrollar su trabajo con la ayuda de la tecnología actual.
Los datos del primer ciclo se recogen en el gráfico 9. En créditos troncales encontramos una media del 19%, y, como es habitual, mucha uniformidad entre los distintos centros.
En cuanto a obligatorias, la mayoría de las facultades y escuelas mantienen un cierto porcentaje de asignaturas de este tema. Destaca la Universidad de Murcia, que dedica un 47% de sus créditos obligatorios al estudio de las tecnologías de la información, seguida de la Universidad de Extremadura y Granada.
En general hay pocas optativas, que presentan una media del 9%.
Como conclusión general, podemos decir que en el primer ciclo se da mucha importancia a este bloque temático (sobre todo teniendo en cuenta que son materias complementarias, y no fundamentales), con el fin de adecuar la preparación de los futuros profesionales a los tiempos que corren.
En la licenciatura (gráfico 10), vemos que aumenta considerablemente la media de créditos dedicados a estas materias. Sobre todo en troncales (36%) y optativas (21%). Granada, Alcalá y Carlos III destacan con un elevado porcentaje de créditos de realización obligatoria. En optativas, en cambio, destacan Valencia y Salamanca.
¿Qué podemos deducir de este aumento de créditos de tecnología en la licenciatura ? Quizás sucede que la diplomatura está dedicada principalmente a la adquisición de los conocimientos básicos o fundamentales de estos estudios, y las tecnologías se orientan a complementar estas materias : automatización de procesos, conocimientos básicos de informática, utilización de bases de datos, etc . En la licenciatura, las asignaturas que se imparten tienden a la investigación y son mucho más especializadas. Se intenta que los licenciados salgan al mercado de trabajo con una preparación más profunda en estos temas, como se requiere en la sociedad actual.
6. CUANTITATIVAS
En este bloque se engloban asignaturas que estudian y emplean las técnicas cuantitativas aplicadas a la Documentación: Informetria, Bibliometría y Estadística.
En el primer ciclo (gráfico 11) encontramos una escasísima presencia de estas materias. Por ejemplo, la troncalidad no existe, y solo las universidades de Extremadura y Granada presentan un porcentaje de créditos obligatorios.
La optatividad es, asimismo, muy escasa (4%)
En la licenciatura, el panorama es menos desolador. Vemos ya un porcentaje medio de troncalidad del 24% , e incluso algunos centros tienen un cierto número de créditos obligatorios (10% de media). La optatividad es prácticamente nula.
Podemos concluir con que estas materias se centran en los estudios de segundo ciclo, ya que se trata del dominio de técnicas que van a necesitar los licenciados para realizar estudios sobre centros, usuarios, utilización de documentos, etc., y que les serán necesarios para realizar labores de planificación, y gestión.
3.7. IDIOMAS
El conocimiento de idiomas es imprescindible para el actual profesional de la información, ya que se utilizan fuentes en distintos idiomas, e incluso gran parte de los programas informáticos están desarrollados en inglés. La expansión de Internet agudiza esta necesidad de conocer otras lenguas ; y es de sobra conocida la utilización del inglés por la comunidad científica internacional.
En el gráfico 13 se observa que, aunque la troncalidad es nula, hay una media del 19% de créditos obligatorios de este tipo de asignaturas, lo que señala el interés de los centros en que sus estudiantes adquieran estos conocimientos. Sin embargo, llaman la atención algunos que solo presentan créditos de tipo optativo, que el alumnado no está obligado a cursar.
En el segundo ciclo (gráfico 14) tampoco existe troncalidad. Cuatro universidades mantienen créditos de tipo obligatorio, en mayor o menor medida. Otras parecen considerar que la licenciatura no es el lugar apropiado para adquirir estos conocimientos, y no presentan créditos de ningún tipo.
Como conclusión, se puede decir que este bloque temático (de tipo auxiliar o complementario) tiene una presencia relativamente importante en el primer ciclo, y muy secundaria en el segundo, donde estos conocimientos se suponen ya adquiridos. Además, hay que señalar que son los propios centros (las escuelas y facultades) quienes han apostado por la enseñanza de idiomas en sus planes de estudios, al introducirla como asignaturas obligatorias.
7. OTROS
En la realización de este trabajo, hay algunas asignaturas que, por su temática, no hemos podido introducir en los distintos bloques. Algunas son globales, o de tipo introductorio. Otras se apartan de los temas que habitualmente se tratan en la mayoría de los centros, si bien no carecen de interés.
Queremos destacar el caso de asignaturas de derecho o legislación (gráficos 15 y 16), que están presentes en la mayoría de los centros, pero con un número de créditos muy pequeño (alrededor de un 2% de media). Esto significa que se considera un conocimiento en cierta medida necesario para el profesional, aunque a nivel muy básico.
También existen asignaturas sobre organización de empresas, formación humanística, lenguas clásicas, literatura, etc. (presentes en la mayor parte de los casos, como optativas), que enriquecen los planes de estudio y aportan diversidad.
4. CONCLUSIONES
Como se ha dicho en la introducción, en los últimos tiempos ha habido una rápida evolución de las labores que deben desempeñar los profesionales de la información. Deben realizar sus labores tradicionales en archivos y bibliotecas, pero, en muchos casos, han de saber utilizar los medios tecnológicos que pueden -y deben- emplearse actualmente : automatización del tratamiento documental, elaboración y acceso a bases de datos en línea o en cd-rom para recuperación de la información, utilización de internet ...
Además, han de incorporarse a nuevos ámbitos profesionales, y realizar otro tipo de trabajo : poco a poco, las empresas demandan profesionales que sepan diseñar e implementar sus sistemas de información, con el fin de mejorar su funcionamiento, facilitar la toma de decisiones por parte de la dirección y, en fin, obtener mayores beneficios ; algunos empresarios echan en falta documentalistas que elaboren dossieres sobre temas muy concretos, de los que les es difícil conseguir una información exhaustiva y actualizada ; cada vez más, se incorporan a empresas y administración, centros de documentación que den servicio al personal.
Según el análisis realizado, en cada ciclo destacan determinados bloques temáticos, según el número de créditos de realización obligatoria que se les asigna (es decir, de asignaturas troncales y obligatorias). Esto nos puede dar idea (con las naturales reservas) de la preparación que los estudiantes obtienen en cada materia.
Hemos considerado algunos bloques como materias fundamentales en estos estudios, y otros que, sin dejar de tener importancia, son materias de apoyo o complementarias.
Destacaríamos como fundamentales :
n Gestión de documentos
n Archivística
n Gestión de unidades de información
n Fuentes
Como bloques complementarios :
· Tecnologías
· Idiomas
· Cuantitativas
· Legislación
El bloque de Gestión de documentos agrupa el mayor número de créditos cuya realización es obligatoria (es decir, créditos de asignaturas troncales y obligatorias) en el primer ciclo. Por tanto, a la luz de estos datos, la formación puramente técnica de los diplomados parece ser suficiente. Aunque no se ha contabilizado en el análisis, el estudio de este bloque se complementa con la realización del Practicum, obligatorio en todos los centros, donde se ponen en práctica en centros reales los conocimientos adquiridos.
En la licenciatura, el número de créditos de este bloque disminuye a menos de la mitad. Esto es lógico, ya que se supone que es en el primer ciclo donde se adquieren los conocimientos de este tipo. Las labores profesionales de los licenciados tienden, en principio, no a la aplicación de técnicas, sino a la dirección de centros o departamentos de centros, con todo lo que ello conlleva.
El bloque de Tecnologías es el segundo bloque con más presencia en la diplomatura, a pesar de englobar asignaturas de apoyo a las materias principales. Esto nos da idea del esfuerzo realizado por los centros universitarios para adecuar la formación de los estudiantes al avance de la tecnología actual. La influencia de esta formación se pondrá aún más de manifiesto en los centros de información a medida que las promociones de estudiantes se vayan incorporando al mercado laboral ; siempre que esta incorporación vaya acompañada de los adecuados medios financieros. Desde luego, no hay que minimizar el esfuerzo, en el mismo sentido, de los profesionales bibliotecarios y documentalistas.
En la licenciatura hay una presencia aún más fuerte de asignaturas de tecnología, aunque hay que decir que siempre aplicada a documentación, y no para la adquisición de conocimientos básicos de informática, como sucedía en el primer ciclo. En algunos casos se trata de asignaturas cuyo principal fin es la investigación de nuevas técnicas informáticas aplicadas a la documentación (Procesamiento automático del conocimiento, Sistemas expertos y recuperación de la información...). Parece ser una de las principales líneas de investigación en documentación.
El bloque de Archivística aparece en tercer lugar en número de créditos en la diplomatura ; hay que tener en cuenta que su presencia es, recordémoslo, casi nula en el segundo ciclo. Además de las asignaturas propiamente de archivos y de técnicas historiográficas, en muchos centros se imparten también asignaturas de Historia de las instituciones -imprescindible para un archivero- o de Historia en general.
Gestión de unidades de información aparece con un número de créditos significativos en la diplomatura, aunque en principio no son labores de los diplomados las que se estudian en este bloque. Sí es interesante su estudio para el conocimiento de los procesos que tienen lugar.
En la licenciatura tiene una presencia notable, aunque no excesiva, dado que se supone que en este bloque se agrupan materias imprescindibles para que los licenciados desarrollen sus labores como planificadores, gestores y administradores de centros de información, en todos sus aspectos. Una de las objeciones que los profesionales de centros de información tienen hacia alumnos que realizan prácticas en sus centros, es la falta de iniciativa a la hora de acometer cualquier labor que no se les imponga. Al parecer, trabajan mejor en la realización de labores técnicas, cuando se les dirige, que en aquellas que implican cualquier dosis de decisión o autonomía. Este problema es el que debe solucionar la licenciatura, dotando al estudiante, mediante las asignaturas englobadas en este bloque, de los conocimientos necesarios para saber desenvolverse con soltura en este tipo de situaciones, que en algunos casos son nuevas, para ellos y para cualquier profesional.
El bloque de Fuentes de información tiene una presencia media-baja, tanto en la diplomatura como en la licenciatura. El fin de su estudio es dotar a los alumnos de los conocimientos necesarios para encontrar la información requerida.
El grupo de Cuantitativas tiene una muy baja presencia en el primer ciclo, y muy significativa en el segundo. Esto podría explicarse al consistir en el estudio de técnicas que van a utilizarse para estudios de usuarios, planificación de centros, estudios de utilización de los servicios del centro, etc., lo que correspondería a profesionales de titulación superior.
De cualquier forma, estimamos que sería conveniente que todos los centros tuvieran al menos una asignatura introductoria, de realización obligatoria, en el primer ciclo. En general, las asignaturas de este bloque en el primer ciclo son optativas, lo que da pie a que los alumnos eviten cursarlas, al no ser conscientes de la necesidad que tendrán en el futuro de conocimientos de este tipo para el desarrollo de ciertas labores profesionales.
Además, esta es otra de las principales líneas de investigación en Biblioteconomía y Documentación.
Y por último, Idiomas tiene el mismo porcentaje de créditos en el primero y segundo ciclo. A pesar de ser uno de los bloques auxiliares, su presencia es significativa, lo que habla del esfuerzo de los centros por dotar a los alumnos de los imprescindibles conocimientos de idiomas para el desarrollo de la profesión. No obstante, llama la atención la existencia de algunos centros que no presentan ninguna asignatura de carácter troncal u obligatorio, de este bloque. Aunque quizás los estudios universitarios de Biblioteconomía no son el lugar más adecuado para el estudio de idiomas en general (es posible que se den por sabidos), consideramos que sería conveniente introducir asignaturas de idiomas, específicas para las necesidades de los profesionales de la información.
Notas:
1 Asignatura troncal es aquella asignatura de realización obligatoria, que viene impuesta por el Ministerio en las directrices generales propias de cada plan de estudio.Asignatura obligatoria es aquella asignatura de realización obligatoria, impuestas por cada universidad.Asignatura optativa es aquella asignatura de realización no obligatoria y que el alumno puede elegir de entre varias, teniendo que cursar un mínimo exigido de créditos optativos. Las asignaturas optativas, al igual que las obligatorias, las oferta cada universidad.
2 No se han tenido en cuenta las asignaturas de libre elección, a pesar de su interés en un estudio de este tipo, al no estar presentes en los planes de estudio.
3 Hay que tener en cuenta que en la mayor parte de las facultades, la carga de créditos obligatorios es relativamente pequeña, en comparación con troncales y optativos. Es por esta razón que los gráficos, que reflejan porcentajes, puedan parecer distorsionados.
GESTION DE LA INFORMACION, DEL CAMBIO Y DEL CONOCIMIENTO
Articulo seleccionado de El profesional de la Información, vol. 7, n°5, mayor de 1988
Autora: María Barceló Llauger
Resumen: La gestión del conocimiento debe ser analizada como una de las posibles áreas en las que el profesional de la información puede desarrollar estrategias de inserción laboral, especialmente en las empresas. Hay que expandir el concepto de gestión de un Centro de Información para incorporar los elementos inherentes a la gestión empresarial y ser considerados por las empresas y sus distintas unidades departamentales, como un elemento estratégico para su evolución y el desarrollo de nuevas estrategias. El surgimiento de los Centros de información empresariales deben incorporarse dentro de la mira de los profesionales de la información y encauzarlos a participar activamente en el proyecto de gestión desde un equipo consolidado en el centro de información, proyectándose a otras instituciones y ámbitos no tradicionales.
La información –o más modernamente, el conocimiento- es un activo que, bien gestionado, proporciona una clara relevancia competitiva. Quién gestiona la información y cómo se convierte en factores críticos que determinan el papel del profesional de la información.
“La formación continua y la gestión del cambio son parámetros clave para evaluar tanto a un profesional como a una empresa, cualquiera que sea su especialidad. Para algunos de nosotros, que detectamos que los términos “documentación” y “documentalista” estaban devaluados en ciertos niveles de gestión empresarial y nos movíamos fluctuando hacia campos como el marketing, la comunicación interna o la consultoría de información, la gestión del conocimiento puede englobar –como concepto- muchas de las funciones y de las posibles áreas en las que debemos pedir paso, bien liderándolas, bien formando parte de equipos de trabajo multidisciplinares”.
Gestión del Conocimiento
“Se puede acordar que la gestión del conocimiento está constituida por un conjunto de métodos que permiten articular en un todo homogéneo distintos aspectos que abarcan desde la utilización de redes internas de la empresa – las personales y las informáticas – hasta la explotación de las habilidades de los miembros de nuestro equipo.
Esto nos sitúa frente a lo que tradicionalmente ha sido la realidad de nuestro trabajo: gestionamos presupuestos, pero también gestionamos ideas, conocimiento. Lo hemos hecho siempre, por supuesto, pero ahora adquiere una relevancia especial, está de moda y está en la mente de los máximos responsables de las organizaciones; puede servirnos de palanca para el cambio: gestionamos información, gestionamos presupuestos, pero también gestionamos ideas, conocimiento. Lo hemos hecho siempre, por supuesto, pero ahora adquiere una relevancia especial, está de moda y está en la mente de los máximos responsables de las organizaciones; puede servirnos de palanca para el cambio.
Tecnología push vs. DSI
Todavía no se conoce la perdurabilidad del concepto “knowledge management” y de su implantación real y, posiblemente, dentro de cinco años sea una de esas áreas de trabajo propias de consultores ya en desuso. Pero el campo del conocimiento debe servirnos para tener el radar puesto ante todos estos nuevos conceptos que, si bien encierran viejas ideas bajo un nuevo formato, permiten aprovechar su empuje y su capacidad de cambiar el inmovilismo de algunas empresas para proponer proyectos interesantes que en su día no arrancaron.
Porque ¿qué es la tecnología push sino DSI? ¿Qué es una intranet sino un mecanismo de edición de contenidos de interés general dentro de una LAN (local área network) o de una WAN (wide área network) con una tecnología específica?
La estrategia en el centro de información
“El buen humor, como parte de la atención al usuario, y como herramienta de motivación, es más importante de lo que nadie quiere reconocer”
Las bibliotecas y los centros de información (CI) son pequeños o medianas estructuras organizacionales – dentro de otras organizaciones – y, como tales, sujetas a los propios cambios de la empresa y del centro. El gran cambio de estos CI ha sido pasar de ser meros centros de almacenamiento a proveedores o intermediarios de la información.
El paso siguiente es entender que el CI es una estructura de carácter empresarial, dotada de cierta infraestructura, que debe aprovechar los desarrollos tecnológicos del mercado – y de la empresa a la que pertenece -, que tiene que desplazar una estrategia a medio plazo y tomar parte activa en la gestión de los recursos humanos y técnicos de que dispone.
Para ello es necesario:
- Controlar la tecnología.
Esto es esencial en varios sentidos. En primer lugar hay que buscar la formación necesaria en las más modernas aplicaciones con el fin de desarrollar nuevos productos de información: el correo electrónico de la empresa, Lotus Notes o Internet son herramientas recientes que nos permiten crear una infraestructura de comunicación muy útil con nuestros usuarios internos y, ocasionalmente, con los clientes, colaboradores externos u organizaciones profesionales.
Es también importante colaborar en la decisión de incorporar paquetes informáticos – en especial bases de datos -, nuevas versiones de los mismos, o hardware – escáner, discos ópticos – y participar en el desarrollo de las aplicaciones informáticas. De este modo aprovechamos los desarrollos tecnológicos a nuestro alcance y tomamos parte activa en su implantación.
- La gestión de recursos humanos.
Generalmente, suele estar fuera de las atribuciones del profesional de la documentación a pesar de que esté al frente de un grupo de trabajo, que es claramente identificable y que esta reconocido como tal. Sin embargo, en relación con las directrices establecidas por el departamento de recursos humanos, hay que fijar como prioridades aquellas que puedan ser de especial interés para el CI. En estos momentos, en que se valoran conceptos como <<>> o <
Solamente dos notas: motivar no es fácil si no se tiene poder sobre los
mecanismos de reconocimiento, pero el valor de una sonrisa es indudable, y el buen humor, como parte de la atención al usuario, es más importante de lo que nadie quiere reconocer.
- El desarrollo de una estrategia propia del CI es esencial y ésta se irá modificando en función de lo que se establezca en la organización a la que pertenece. A partir de ahí hay que marcar unas líneas estratégicas que, sin descartar otras, deben tenerse en cuenta para fijar los objetivos de nuestro departamento en un momento dado: la formación, la calidad y la promoción o el marketing tienen que figurar entre las mismas.
La formación es una parcela de trabajo en la que debemos meternos cada vez más. El hecho de que multitud de productos sean cada vez más asequibles – en precio y en facilidad de manejo- para los usuarios finales, y que éstos son cada vez más expertos en el manejo de bases de datos y aplicaciones informáticas, hace que nuestra faceta de intermediarios de la información se desplace hacia tareas de formación:
1.1. Por un lado en la formación de usuarios de bases de datos y otras fuentes de información que están a su alcance y que “quieren” utilizar directamente, mediante las siguientes acciones a seguir:
· establecer unos cursos de formación,
· crear unas Guías Rápidas de consulta para bases de datos,
· ofrecer acceso a catálogos en línea,
· proporcionar un aula de formación continua y/o un help desk.
1.2. Formación en la gestión del cambio, que para el documentalista se traduce en pasar de atender consultas a enseñar al usuario a buscar la información, es decir, orientar, proponer y hacer un seguimiento de sus procesos de aprendizaje.
La calidad de un servicio se mide por el grado de satisfacción del usuario y de su capacidad para percibirlo. A veces, crear productos informáticos muy sofisticados en un entorno empresarial en que los avances y la formación en tecnología son pequeños puede producir grandes insatisfacciones. La calidad en sí misma y como respuesta a una demanda de información puntual, una consulta, es esencial pero la calidad continua en los servicios de información que se presenta debe estar acompasada con las necesidades y las percepciones de la organización.
Como centro de información, la calidad ha de suponer un proceso de mejora continua en los procedimientos de trabajo.
Entre las distintas acciones a seguir cabe destacar:
- realizar controles de calidad de los productos que se ofrecen: cambiar anualmente formatos o contenidos, mejorar los productos informativos,
- cambiar los canales de distribución: soporte papel a soportar magnético,
- establecer mecanismo de seguimiento del grado de satisfacción de los usuarios: pedir opinión, sugerencias y, lo que es más importante, colaboraciones,
- asegurarse de la calidad de los equipos de trabajos: formar, compartir conocimientos….
- Desarrollar técnicas de medición y evaluación de los servicios.
La promoción de nuestro propio centro de información es una obligación. Todos lo sabemos, debemos hacer marketing de nuestros productos dentro de la empresa a través de:
- promociones internas de los servicios desarrollados,
- llamadas de atención sobre los nuevos productos,
- seguimiento de la utilización de los mismos.
Y, por ultimo, realizar acciones de marketing fuera de la propia firma, que nos ayuden ganar posicionamiento como profesionales y que contribuyan a sentirnos representantes de nuestras empresas mediante la organización de seminarios, la impartición de cursos o la autoría de artículos de opinión en distintas revistas profesionales.
La integración y el cambio en el centro de información
Esta evolución del CI debe conferimos por una lado, la permeabilidad suficiente para integrar las distintas tecnologías de recuperación de la información – groupware, workflow, gestión de datos, gestión electrónica de documentos— y, por otro, proporcionarnos la habilidad necesaria en el manejo de las herramientas y las técnicas que permiten <
La gestión de la información, la gestión del cambio y la gestión del conocimiento en entornos de trabajo muy competitivos contribuyen a que nuestro CI gane en dinamismo y se pueda adaptar con más facilidad a las nuevas líneas de negocio de la organización aumentando el valor del conocimiento.
Si sabemos gestionar este cambio – aprovechando, entre otros, la transformación cultural y tecnológica que supone la introducción de internet – podemos volver a vender nuestro trabajo como profesionales de la información. Convertirnos en proveedores y en receptores de la información rompiendo barreras como la distribución geográfica, el tiempo o la <
En nuestra opinión, la gestión del conocimiento (GC) se basa en dos premisas: solo puede desarrollarse dentro de un entorno de trabajo automatizado, y solo puede tener lugar cuando hay un conocimiento avanzado de la cultura de la compañía. Esta afirmación, lejos de querer despertar la polémica, pretende incidir en el hecho de que la GC constituye la suma de los procedimientos de trabajo – explícitos y tácticos, formales e informales – con los sistemas de información, entendiendo estos sumandos como variables para cada empresa. Es decir, la adición de la cultura y el comportamiento con las tecnologías más avanzadas aplicados a un plan de gestión de negocios concreto.
Si, como gestores de información que somos, ya hemos reunido y sistematizado parte del conocimiento, debemos ahora distribuirlo y aplicarlo para crear valor. Participar en el proyecto de gestión del conocimiento desde un equipo consolidado en el centro de información, manteniendo nuestro principal activo, que es la gestión de la información, nos permite conectar y relacionarnos con otros grupos, conocer sus objetivos y actuar de forma coordinada con las estrategias de negocio de la organización.
BIBLIOGRAFIA RELACIONADA
Cantera Herrero, F. Javier. Team building. En: Nuevo Trabajo. ABC, 18 de enero de 1998.
Fernández Aguado, Javier. La sonrisa como ventaja competitiva en la banca. Banca y Finanzas, diciembre 1997, n. 28, p. 34-35.
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Muñosz-Seca, B., Riverola, J. Gestion del conocimiento. Barcelona: Ediciones Folio, 1997, 135 p. Biblioteca Iese de Gestion de Empresas.
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Schlier, F; Hunter, R; Harris, K. Enterprise 2003: the technology-enabled enterprise. Gartner Group, January 29, 1998. Disponible en Gartner Group Database.
Welde, Rob. Knowledge is about people: informetion is about system. Online Informetion Europe Ltd, 1997, p. 105-108
María Barceló Llauger. Servicio de Documentación. Price Waterhouse Jurídico y Fiscal.
maría_barcelo@europe.notes.pw.com priceb01@sarenet.es
LA IMPORTANCIA DEL BIBLIOTECOLOGO PROFESIONAL : DE HOY Y DEL FUTURO
Lic. Ma. Esther Ramírez Godoy.
Universidad Nacional Autónoma de México
Dirección General de Bibliotecas
Departamento de Servicios de Información
La idea de que las nuevas tecnologías de la Información están transformando nuestra sociedad ocupa un lugar privilegiado en los medios de difusión, textos profesionales y discusiones de todo tipo inevitablemente, una de las preguntas que surge de esta realidad actual es la que trata de dar una respuesta a la situación del papel del profesional que ve o puede verse amenazado por las cualidades "suprahumanas" de estas máquinas. Una especie de competitividad hombre/máquina (temor de que ésta pueda superarnos y hasta pueda suplantar nuestras funciones) se encuentra simulada tras cualquier indagación que a mediano o a largo plazo se realice sobre cualquier actividad productiva de nuestra sociedad.
En este conflicto el bibliotecólogo tiene un puesto relevante; acaso sea porque su función, desde tiempos inmemoriales, parece que ha consistido en la de ser un trasmisor o intermediario de los textos manuscritos e impresos a sus posibles lectores, y hoy, cuando las máquinas se encuentran, según dicen, a punto de ejecutar esa labor de memorización y búsqueda bibliográfica de forma casi perfecta e increíblemente rápida, existe la opinión de que este intermediario lento y no siempre agradable que se ocupa de proporcionarnos los textos necesarios de lectura, desaparecerán por completo. Entre las conjeturas más repetidas y provocativas al respecto (y que todos hemos tenido la oportunidad de oír o leer alguna vez) he seleccionado dos de las más disparadas. Las bibliotecas dejarán de existir, es la primera, y la segunda, la que compara al bibliotecario con un dinosaurio, es decir, una especie destinada a extinguirse (1).
Solemos calificar esas profecías, lanzadas por profesionales de nuestro medio, de absurdas, hasta el punto de que no merecen siquiera discutirse. Pero al propio tiempo, unos con mayor optimismo que otros, vemos como nuestro trabajo se está transformando a pasos agigantados y que tareas antes consideradas como de ciencia ficción en la actualidad no sólo son el pan de cada día sino obligadas para supervivencia de nuestras funciones y servicios. ¿Adónde conduce esta transformación?, nos preguntamos.
Para empezar, me atrevería a admitir que con toda seguridad ha cambiado o está cambiando el concepto tradicional de biblioteca y asimismo el del bibliotecólogo. ¿Y en dónde se observa esta metamorfosis? Sin duda en que la presencia física del bibliotecólogo y de la biblioteca como institución física de colecciones no son obligatoriamente necesarias para que se lleven a cabo los objetivos de la profesión. Es eso a lo que se está refiriendo Lancaster cuando habla "de la obsolescencia física del bibliotecólogo y de la biblioteca" (2). Y todos somos conscientes de que la revolución de los ordenadores en las bibliotecas, la verdadera convulsión, no ha consistido en la automatización del fondo bibliográfico de las mismas, sino en haber permitido el acceso inmediato a las fuentes de información no presentes. En verdad con la implementación del online en las bibliotecas fue cuando los bibliotecarios decidieron realizar las tareas
tradicionales de manera nueva. El online ha sido, sin duda, el detonante del cambio de concepto de la disciplina, además de uno de los protagonistas del mismo. El bibliotecólogo tradicional contempla estupefacto cómo no solamente el usuario-lector puede acceder a los catálogos de forma inmediata y a distancia (de un país o de continente a continente) sin el deber de entrar a una biblioteca para hacerlo, sino también cómo de forma parecida pueda obtener telemáticamente las fotocopias de los documentos mismos. Y la sorpresa es inaudita cuando vemos a los editores dedicados también a proporcionar fotocopias constituyendo para ellos el sistema ADONIS. Todo invita a la confirmación de que las bibliotecas son efectivamente servicios de distribución de la información. Empezamos a creer, por lo tanto, que la biblioteca no puede ser definida como disciplina que estudia lo que ocurre en la biblioteca, dado que, querámoslo o no, estamos inmersos en un problema de desinstitucionalización, entre cuyas ventajas cabe señalar la nueva imagen que asume el bibliotecólogo en la sociedad. Estas novedades no obligan a suponer que el libro impreso desaparecerá barrido por la publicación electrónica hasta el punto de que no sólo existan bibliotecas sin muros, sino que no haya biblioteca alguna. La libertad de lectura es esencial; de ningún modo se trata de suprimir o no suprimir el libro impreso, ya que es uno de los ejes fundamentales del pensamiento creativo. Por el contrario, los documentos electrónicos contribuyen a facilitar la multiplicidad de medios de lectura (3). Con todo, debemos admitir que para el acceso a la información no es fundamental la presencia del bibliotecólogo, como tampoco es necesario entrar en una biblioteca. Esta particularidad son novedades notables; sin embargo la primera revolución
de ordenadores no ha sido tan significativa para las bibliotecas como la será la quinta generación de ordenadores, que producirá lo que Feigenbaum (4) denomina la primera revolución de las bibliotecas. La biblioteca del futuro será eminentemente activa.
Las máquinas inteligentes ofrecerán a cada usuario la oportunidad de pedir información específica a sus necesidades, con sus propios términos, según su propia conveniencia y permitiéndo disponer de grandes depósitos de información; transformarán la biblioteca tradicional, hasta ahora tan poco flexible y pasiva en relación a los libros y revistas que contiene, en la biblioteca revolucionaria del futuro activa.
La gran biblioteca tradicional es una ordenación monolíto de volúmenes y entradas de catálogos, tan inhumana como cualquier otro monolítico. No cambia absolutamente nada cuando yo entro. No me reconoce como Esther Ramírez, no me diferencia de otro usuario.
En la biblioteca del futuro los sistemas estarán preparados para asesorar de manera tal como si fueran muchas bibliotecas pequeñas, donde y en las cuales, los bibliotecólogos individuales puedan tener un conocimiento minucioso de la colección y saber lo que interesa a los usuarios individualmente. Estos sistemas tomarán la iniciativa, realizarán la labor del bibliotecólogo de referencia de tal forma que hasta los mismos usuarios podrán hacer la veces de bibliotecarios de referencias. Constituirán archivos personales en sus propios ordenadores y accederán a enorme archivos de redes interconectadas.
De forma parecida a como podría actuar un eficiente bibliotecólogo de referencia, los sistemas se ocuparán de ir precisando las consultas hasta obtener la petición adecuada. Los sistemas se ocuparán de definir la pregunta para el usuario cuantas veces sea necesario, interrogarlo sobre los distintos aspectos (estadísticos, legales, morales o sociales) del tema.
Pero volviendo a la realidad de hoy. Si de una parte, el usuario puede acceder a bases de datos sin que el bibliotecólogo ni biblioteca intervengan directamente en ese proceso de búsqueda y si por otro lado los sistema tienden a ser cada vez más perfectos siendo muchos de ellos construidos por abogados, médicos, etc. Entonces ¿que funciones desarrolla el bibliotecólogo? ¿Es necesario el bibliotecólogo en el futuro? ¿Se cumplirán esas profecías que amenzan con la extinción de la profesión? Evidentemente no. Se trata precisamente de una mutación. De igual manera que las nuevas tecnologías están suponiendo un cambio revolucionario en el concepto de biblioteca (las bibliotecas tradicionales), así también el cambio influirá en el concepto tradicional de las funciones clásicas del bibliotecólogo. Lancaster asegura lo contrario "los profesionales de la información serán cada vez más importantes en el futuro, y también en el futuro cercano, incluso más importantes de lo que fueron en el pasado" (5) . Y de llegar a ser cierta la existencia de una sociedad sin papel, bibliotecólogos y referencistas continuarán teniendo funciones importantes desde la indización de publicaciones primarias a la elaboración de instrumentos de explotación de fuentes automatizadas (thesaurus, etc.)
Una tarea de importancia significativa para el profesional consistirá en la formación de usuarios, dada la multiciplidad de fuentes y de sistemas de información existentes cuya consulta y utilización equivaldrá aproximadamante a los volúmenes de una biblioteca que requiere el cuidado de una persona experta en su conocimiento y organización. Pues a la
larga podría ocurrir que el número de sistemas y de bases a consultar sumaran unos miles, como el número de las obras registradas en un catálogo.
En general el bibliotecólogo del año 2000 podrá ser, por ejemplo, un colaborador especialista en información , que trabaja en un despacho o en su propia casa y al cual se dirigirán las personas para pedir ayuda en la explotación de fuentes de información disponible. En ese estado de cosas, consultar al bibliotecólogo podrá significar utilizar la terminal del ordenador personal y comunicarse directamente con un especialista en información (6).
El bibliotecólogo de la cultura electrónica no tendrá necesidad de funcionar en el interior de una biblioteca. Muchos de ellos podrán trabajar free-lance.
Además, otro punto de vista, sobre el futuro de la profesión, contempla al bibliotecólogo como especialistas de información en empresas. En estos casos, serán expertos en campos específicos y poseerán un saber técnico y profesional próximo al de sus usuarios. La especialización en una rama científica o técnica será en muchos casos necesaria, pero no tanto como suponíamos tiempo atrás, pues en la práctica se ha venido demostrando que
supera a esta especialización la pericia del bibliotecario en la búsqueda y explotación de fuentes. En este sentido somos cada vez más testigos y cómplices de un pluralismo profesional fácilmente observable en nuestra profesión: bibliotecólogos que, debido a su experiencia práctica, adquieren las nociones de otra disciplina científica, y viceversa, médicos y químicos, por ejemplo, haciendo las veces de bibliotecólogos calificados. Es cierto que las nuevas tecnologías se han ocupado de acentuar esta interdisciplina profesional dadas las ventajas que éstas proporcionan en la rápidez para la trasmisión de conocimientos y la facilidad en la adquisición de los mismos. Es ahí donde puede apreciarse un regreso al concepto de la biblioteca de Alejandría. Nuevos sistemas que no sólo permiten la centralización del saber universal, sino que estimula a seguir con la imágen de lo que fueron los primeros bibliotecarios de la antigüedad, que, además de bibliotecarios, gracias a tener los conocimientos tan a mano y a disfrutar de la posibilidad de explotarlos, eran excelentes matemáticos, físicos, historiadores, literatos, filósofos. No nos parezca exagerado suponer que esa posibilidad de fácil acceso a las fuentes del saber beneficie la capacidad de conocimientos de nuestros profesionales convirtiéndolos cada vez más en productores de información científica además de intermediarios y usuarios de la misma. Hoy podemos decir que el bibliotecólogo ha cambiado de imágen social. La sociedad ya no considera, equivocadamente, que ejerce actividades de rutina y contempla al bibliotecario más como un experto que como una institución. Y como tal experto en información es, además de intermediario de la misma, productor de conocimiento así como lo muestran las multiples publicaciones existentes.
El rápido aumento de fuentes de información en formato legible por máquina podrá poner en consideración el concepto de biblioteca tradicional, pero sin duda enriquecerá el valor del bibliotecólogo profesional. La amplitud y diversidad de fuentes hará que aumente la demanda de los especialistas en información que serán necesarios para:
* Actuar como consultores de información dirigiendo a la gente hacia las fuentes más idóneas para la resolución de sus problemas.
* Formar a las personas en la utilización de fuentes electrónicas de información.
* Buscar las fuentes de información que no son familiares a los usuarios particulares.
* Proporcionar un servicio de análisis de la información , es decir: de síntesis, de evaluación, de selección de resultados después de la búsqueda en diversas fuentes.
* Asistencia al usuario en la construcción de perfiles.
* Asistencia al usuario en la organización de ficheros electrónicos personales.
* Asesoramiento en la utilización de programas o logicales.
* Formación de usuarios mediante cursillos o redacción de manuales.
* Seleccionador y analistas de las colecciones locales.
* Formar parte de los comités de publicación con objeto de evitar la inflación de la información científica.
* Realizar tareas de gerencia.
* Realizar las labores propias del científico de la información investigando sobre la propia ciencia multidisciplinaria.
* Poner a los investigadores al corriente de la nuevas tecnologías y de los servicios que se hallarán disponibles (7).
De otra parte, se espera que en el mundo electrónico las bibliotecas dediquen su mayor esfuerzo en la colecta, catálogación e indización de los documentos de interés local y concedan un punto de vista particular a su función de intermediarias de información científica, perspectiva diferente a la comercial que siguen muchas bases de datos. También es posible que las bibliotecas, dado su interés por ser útiles a toda la comunidad, se preocupen en conseguir, a los socios de las mismas, los documentos gratuitamente o a un costo adecuado a las posibilidades de cada individuo. Se ocuparán, seguramente, de ser más selectivas y especializadas en el sentido de que su especialización incluya procedimientos de indización más preciso con objeto de facilitar la obtención de los documentos específicos. Algunas de ellas no harán diferencias en la selección de materiales electrónicos o impresos, teniendo unos y otros por duplicados.
Hay quienes todavía ven en esta nueva tecnología de la información un peligro. Creo, sin embargo, que este proceso tecnológico inevitable beneficia sin duda a la profesión. El bibliotecólogo de la era electrónica puede llegar a convertirse a nivel profesional, en el colega de los químicos, físicos, docentes y otros especialistas. El lema "la información es poder" se véra reforzado al punto que los profesionales familiarizados con la multiplicidad de fuentes de información electrónica y capacitados para explotarlas verán aumentar el valor potencial de sus conocimientos.
Asumir esta realidad es el primer paso a seguir para la creación de un óptimo futuro que ya ha comenzado.
REFERENCIAS
1. Olsen, Jan. "Librarianship in an electronic world". En Revista AIBDA, 12 (1) 1991.
p. 7-19.
2. Lancaster, F.W. "The paperless society revisited. Ten years". En American Libraries, 1985. 553-555.
3. Billings, Harold. "Remote reference assistance for electronic information resources over networked workstations" En Library Hi-tech ,12 (1) 1994. p.77-86.
4. Landoni, Monica. "Hyperbook and visual books in an electronic library" En The electronic library. 11 (3) 1993. p. 175-185.
5. (5) Op. Cit 555
6. Mat I Noguera, Nuria. La biblioteca electrónica. Fundación Germán Sánchez Ruipérez. Madrid: Pirámide, 1990. p. 176.
7. Myers, Judy E. "Reference services in the virtual library". En American Libraries 25 (7) 1994. p. 634-638.
BIBLIO
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