Consorcios de Bibliotecas:Consorcios de Bibliotecas:
Emprendimiento cooperativo
Emprendimiento cooperativoEmprendimiento cooperativo
que respalda a los cuerpos
que respalda a los cuerposque respalda a los cuerpos
académicos
académicosacadémicos
AUTORES:
FERNÁNDEZ, MARTA ELEONORA
GIACOMELLI MARÍA ALEJANDRA
ANUARIO 2001 – F.C.E. – U.N.P.S.J.B. 63
ANUARIO 2001 – F.C.E. – U.N.P.S.J.B. 64
Consorcios de Bibliotecas: Emprendimiento cooperativo que respalda
a los cuerpos académicos
RESUMEN
El propósito que anima el presente trabajo es introducir nociones básicas sobre consorcios
bibliotecarios y la gestión de los recursos de la información dentro de los mismos. Ligado a
ello nos proponemos instalar los conceptos vinculados a la cooperación dentro de las bibliotecas
universitarias.
La biblioteca universitaria es un fenómeno que se manifiesta en el siglo XX aunque sus orígenes
remontan a la Edad Media.
El desarrollo de nuevas tecnologías y la “explosión de la información” en estos últimos tiempos,
impulsan un cambio en la forma de trabajar y gestionar el conocimiento en la biblioteca.
Uno de los retos que se presenta es el de crear servicios de calidad para un usuario cada vez
más exigente y autónomo.
Otro desafío es el de crear una organización flexible, que se adapte a los cambios, a la
aplicación de nuevas tecnologías, a la cooperación interbibliotecaria y a ejercer el liderazgo en
las actividades de la Universidad.
Los consorcios o red de bibliotecas favorecen la cooperación, la coordinación y colaboración
interbibliotecaria. Un concepto más amplio es la “acción de compartir recursos” entre un grupo
de bibliotecas.
La cooperación se caracteriza por la búsqueda de un beneficio común, eliminación del esfuerzo
duplicado, estandarización de la tecnología y economía de recursos. En las bibliotecas esto
puede sistematizarse a través de la formación de consorcios.
La cooperación está en la base de la idea de consorcio. Es lo que debe circular por la trama de
su formación, es lo que hace a la supervivencia del consorcio y a que éste exista.
Los servicios bibliotecarios pueden mejorar a través de una buena red de comunicaciones y la
cooperación.
Los consorcios facilitan la creación de catálogos colectivos de las bibliotecas que lo integran
aumentando los recursos bibliotecarios en forma inmediata. Ahorran costos de catalogación al
compartir recursos ya existentes. Incrementan la productividad científica al mejorar el acceso a
la información. Fomentan la aplicación de nuevas tecnologías a los servicios bibliotecarios y
potencian la formación de su personal.
Estos beneficios de la cooperación hacen recomendable la formación de consorcios lo que nos
permitirá afrontar un nuevo reto: “la biblioteca digital”.
En nuestro país se han implementado redes de bibliotecas como UNIRED, PREBI, y más
recientemente RECIARIA, ésta última impulsada por el Ministerio de Educación.
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Introducción
El propósito que anima el presente trabajo es introducir nociones básicas sobre consorcios
bibliotecarios y la gestión de los recursos de la información dentro de los mismos. Ligado a ello
nos proponemos instalar los conceptos vinculados a la cooperación dentro de las bibliotecas
universitarias.
La biblioteca ha existido durante miles de años como una institución que trató de responder a las
necesidades de la sociedad al conservar el conocimiento y facilitar su acceso al mismo.
Antiguamente las funciones bibliotecarias estaban definidas por la clasificación de los
materiales, signaturas en los lomos de los mismos para su fácil y rápida localización y
estanterías en las que los elementos descansaban, ordenados por su forma y contenido. Las
grandes civilizaciones antiguas contaron con bibliotecas famosas como la de Alejandría o
Pérgamo, en las que se contabilizaron más de 200.000 volúmenes.
Hasta la Edad Media se encuentran ligadas a la Iglesia. En el Renacimiento nacen las bibliotecas
de príncipes y las escuelas de palacios. La revolución que provocó la imprenta y la reforma
religiosa, junto con el abandono del latín como lengua oficial de la comunicación,
transformaron ese mundo bibliográfico acercándolo, cada vez más, al mundo civil.
La industrialización, que se manifiesta en el siglo XIX, provoca otro gran cambio. Surgen las
bibliotecas tal cual las entendemos hoy, con sus tres importantes funciones sociales :
información, formación y divertimento, contribuyendo a la transmisión del conocimiento a
través de la lectura.
La biblioteca universitaria es esencialmente un fenómeno del siglo XX aunque sus orígenes se
remontan a la Edad Media. Crecieron lentamente hasta la segunda mitad del siglo XIX. Es en
ésta época, con el cambio de los programas de estudio adaptados a la nueva realidad económica
y social, donde se acelera su desarrollo. Las grandes industrias se convierten en mecenas de
bibliotecas anglosajonas, que, aunando conocimiento e investigación, dan prestigio y calidad a
la universidad.
A partir de los años sesenta, el volumen de la información científica, crece desmesuradamente,
incluyendo la no publicada pero existente (informes, artículos, tesis inéditas, conferencias....),
que en el mundo bibliotecario se conoce como “literatura gris”. Es a partir de esta década
cuando se introduce el proceso de informatización de los fondos bibliográficos, lo cual, al
posibilitar el control del flujo de información y su consulta, implica un gran giro en el ámbito
bibliotecario.
La actual “explosión de la información” y el desarrollo de nuevas tecnologías impulsan un
nuevo cambio en la forma de trabajar y gestionar el conocimiento en biblioteca. Esta
revolución tecnológica ha dado paso a Internet, bases de datos en línea, publicaciones
electrónicas o protocolos como el Z39.50, que permite intercambiar, buscar y recuperar
información independientemente del lenguaje empleado, y no hay motivos para pensar que esos
cambios hayan finalizado.
Esto nos lleva a hacernos preguntas sobre el futuro de la biblioteca y del bibliotecario.
El resultado de una encuesta realizada en España acerca de estos interrogantes, nos ilustran
sobre los principales retos y problemas de las bibliotecas universitarias.
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El reto más importante es el de crear servicios de calidad para un público cada vez más exigente
y más autónomo. Esto denota tener una clara vocación de servicio, y ser conscientes de que hay
que estar al tanto de lo que el usuario espera del bibliotecario.
Para poder proporcionar a clientes expertos y exigentes, la gran cantidad de información
dispersa en el ámbito mundial, el bibliotecario debe asumir un rol distinto al que venía
desempeñando: debe saber gestionar la información. Se ha convertido en el intermediario que
permite al lector encontrar lo que busca y descubrir lo que no conoce.
Se denominan clientes a los usuarios, en un sentido positivo, porque se reconoce que ellos son el
centro del quehacer bibliotecario, y los recursos de información locales y virtuales son medios
para atender sus requerimientos.
El profesor Atilio A. Bustos González, cuando habla de “gestión de la información” se refiere
a desarrollar equilibrios entre recursos de información actual y permanente, entre información
local y virtual, entre recursos propios y el acceso a recursos contra demanda en el momento que
se requieren, y en la diversificación de soportes de información, analógicos y digitales, mono y
multimediales.
En la biblioteca universitaria tradicional, la información es adquirida, procesada y almacenada
de acuerdo a dos o tres grandes categorías: información monográfica, publicaciones periódicas
y en algunos casos, materiales audiovisuales y CD-rom.
Esta conducta adquisitiva obedece al modelo just in case, por si acaso, algún usuario la llega a
necesitar.
En el caso de las monografías la compra obedece en buena parte, a la selección por catálogo, sin
saber si es útil.
En el caso de publicaciones periódicas ocurre a veces que se sigue manteniendo publicaciones
en apoyo a líneas de investigación extinguidas o de profesores que ya no están.
En una biblioteca moderna, un nuevo sistema de asignación de recursos para la adquisición de
información se compone de dos dimensiones, una física y otra virtual. El concepto de “fondos
propios conservados por si acaso”, va dejando paso al concepto de acceso en el momento en
que se necesita, es decir “just in time”.
Segundo desafío: se le concedió gran importancia
§•
a la creación de una organización adaptable a los cambios y abierta a la reorganización
de los servicios ( estamos en el siglo XXI con bibliotecas diseñadas en el siglo XIX).
§•
a la posibilidad de aplicación de nuevas tecnologías a los servicios.
§•
a la cooperación interbibliotecaria.
§•
otro problema al cual se le otorga importancia es al liderazgo: es decir tratar de
conseguir “como biblioteca”, una posición central en las actividades de la Universidad.
Cuestiones referidas a calidad de servicio o liderazgo en la Institución, impensables hace 10
años, son en este momento algo prioritario para las Bibliotecas Universitarias.
Conclusión: Temas que se destacan al pensar en la biblioteca y el bibliotecario del futuro:
v El conocimiento de que nos movemos en un entorno tremendamente dinámico
v La necesaria apertura al cambio
v El interés por ocupar un lugar central en la Institución, que por primera vez
toma conciencia de la importancia de los Servicios de Información.
v La cooperación interbibliotecaria.
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Consorcios de Bibliotecas
Consorcio (consortium, plural: consortia) es una asociación de bibliotecas establecida
por un acuerdo formal, usualmente con el compromiso de compartir recursos.
El término consorcio generalmente está relacionado con cooperación, coordinación,
colaboración.
Un concepto más amplio es la “acción de compartir recursos” entre un grupo de bibliotecas,
acciones para distribuir: colecciones, datos, personal, instalaciones, etc.
Luego, cooperar es compartir, pero también es consensuar, ceder, adaptarse, a veces perder
autonomía. La cooperación permite reforzar y completar los recursos de las bibliotecas, de tal
manera que éstas comienzan a actuar como un grupo de empresas que operan conjuntamente.
La cooperación, en general, se caracteriza por:
§• colaboración entre los cooperantes
§• búsqueda de un beneficio común
§• eliminación del esfuerzo duplicado
§• estandarización de la tecnología
§• economía de recursos
En las bibliotecas, la cooperación puede sistematizarse mediante la asociación de un grupo de
estas entidades entre las cuales se establece un acuerdo formal con fines de cooperación,
coordinación y colaboración, es lo que se denomina consorcio.
Esto implica:
1) la integración de los miembros del consorcio sin que cada uno de ellos pierda
su identidad.
La integración eficientiza el procesamiento de la información al disminuir tanto la captación
independiente de los mismos datos por varias bibliotecas como el procesamiento intermedio,
proporcionando información completa, oportuna y relevante.
Un sistema integrado de bibliotecas amplía los medios de acceso e intercambio de información,
favoreciendo las actividades de enseñanza, investigación y divulgación del conocimiento.
El aporte de la producción intelectual propia de cada miembro cooperante será la base más
importante para la integración.
Lo expuesto hasta ahora puede hacerse posible creando un catálogo colectivo conformado con
las bases de datos de cada uno de los integrantes del consorcio.
2) la implementación de una infraestructura tecnológica.
Prevé la adquisición de equipamiento de última generación y de softwars apropiados que
permitan el acceso a bases de datos remotas con celeridad y precisión.
Además deberá tenerse en cuenta la provisión de un único carnet identificatorio para cada
usuario del sistema.
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Los préstamos, estadísticas, servicios de alerta mediante los cuales se informe sobre las
incorporaciones bibliográfics, etc., se suministrarán electrónicamente utilizando programas
compatibles entre sí. Es conveniente el acuerdo de un formato único para realizar las
operaciones de catalogación de los documentos que se incorporen a las bases de datos.
La información será accesible por terminales instaladas en las distintas bibliotecas y a través de
Internet, para lo que será necesaria la creación de una página web por cada uno de los miembros
cooperantes.
Todo lo anterior exige un trabajo técnico interdisciplinario entre bibliotecarios y especialistas en
computación.
3) la capacitación de los recursos humanos.
Es imprescindible elevar el nivel de los profesionales que trabajan en las bibliotecas de forma
tal que la capacitación técnica de los recursos humanos acompañe a las actividades
desarrolladas por el consorcio.
Para lograr el objetivo anteriormente mencionado, se pueden desarrollar programas
institucionales para formar, capacitar y actualizar al personal de las bibliotecas.
El entrenamiento a distancia usando Internet es un mecanismo válido y efectivo de la
capacitación permanente.
Las bibliotecas tienen una participación activa y una responsabilidad institucional en la
formación de buenos usuarios de la información.
Tienen también la posibilidad de respaldar a los cuerpos académicos, satisfaciendo sus
necesidades de material bibliográfico.
4) el establecimiento de una normativa que regle el servicio de uso
cooperativo y el préstamo interbibliotecario.
El servicio de uso cooperativo consiste en dar a la comunidad académica y profesional, acceso a
la totalidad de la información que poseen los miembros del consorcio, mediante la entrega de
tablas de contenido, resumen y texto completo de artículos, enviados por distintos medios.
El préstamo interbibliotecario es un acuerdo de cooperación e intercambio de documentos entre
instituciones, que permite racionalizar los recursos humanos, técnicos y económicos de las
bibliotecas participantes. Este es uno de los servicios más desarrollados en los últimos años
debido a la actual imposibilidad de las bibliotecas de satisfacer con sus propios recursos las
demandas informativas de sus usuarios, debido al crecimiento cuantitativo acelerado de la
producción intelectual.
5) el mejoramiento de la calidad de la información;
La calidad de la información se vincula con la precisión de la misma.
Un conjunto de información puede ser:
§• Relevante: La relevancia se manifiesta si la información es necesaria para una acción o
decisión en particular. Por lo tanto la relevancia es importante por su aplicabilidad a una
situación actual.
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De esta manera puede haber información que fue importante en otra circunstancia pero
que ahora no lo es; o bien porque se desactualizó o bien porque no se necesita para la
ocasión.
§• Completo: Cuando una información brinda al usuario todos los elementos que este
necesita saber en relación a una situación en particular.
§• Oportuno: Cuando la información está disponible en el momento en que se la necesita
y ésta no está desactualizada.
Carecer de la información apropiada puede ocasionar que los usuarios cometan errores
y pierdan oportunidades valiosas de acceder a los documentos buscados. Por lo tanto
mejorar la calidad de la información implica lograr nuevos niveles de eficacia y
eficiencia.
De modo que es necesario:
§• asegurarse de que la información esté disponible cuando se requiera
§• que sea confiable y exacta
§• que se desarrolle económicamente sin repeticiones innecesarias
6) la adquisición cooperativa de recursos de información
Consiste en negociar en forma colectiva con los proveedores de información, con el propósito
de lograr mejores condiciones de compra.
Se logra así:
§• un desarrollo cooperativo de las colecciones
§• maximización del acceso a las fuentes de información.
§• adquisición de mayor cantidad de información y la reducción de la duplicación
§• suscripción cooperativa a revistas impresas y en línea
§• desarrollo profesional y entrenamiento en esta área
§• compartir inquietudes, experiencias y problemas en cuanto a la gestión de recursos de
información y temas relacionados.
El grupo de bibliotecas que se organiza para compartir recursos es generalmente un consorcio o
una red de bibliotecas.
En el área bibliotecológica los consorcios comenzaron a crearse a partir de 1931, pero es entre
los años 60 y 70 cuando su número aumenta.
A fines del 70 y durante los años 80, la mayoría de las bibliotecas americanas implementaban
sistemas de gestión integrada, focalizados en actividades internas.
Recién en los años 90 es cuando los consorcios resurgen como sistemas locales desarrollados y
además, con redes sofisticadas. Como los costos de las publicaciones siguieron en aumento,
los consorcios se convirtien en la solución para muchas instituciones.
La señal de que los consorcios han retornado, es el surgimiento de ICOLC – International
Coalition of Library Consortia, organización informal que reúne a más de 5000 bibliotecas
miembros contenidas en más de 50 consorcios de E.E.U.U. y el mundo.
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Existen distintas tipologías de consorcios:
Por tamaño: grandes consorcios, para el procesamiento técnico a gran escala; y pequeños
consorcios: con los servicios al usuario y los problemas cotidianos.
Por sus propósitos: cooperación con respecto a áreas temáticas especiales; y consorcios
limitados a propósitos específicos, como ser préstamos interbibliotecarios.
Qué se necesita para la iniciación de un consorcio bibliotecario ?
§• Catálogos colectivos
§• Libros
§• Publicaciones periódicas
Cuales son las condiciones de base para formar un consorcio?
§• El convencimiento de que los servicios bibliotecarios pueden mejorar a través de la
cooperación
§• Una buena red de comunicaciones
§• La homogeneización de las normas e instrumentos técnicos usados por las bibliotecas
Dónde estamos situados en la Argentina ?
E n el año 1989, por iniciativa de un grupo de profesionales interesados en compartir
información, nace en la Argentina UNIRED.
Formada por más de 100 bibliotecarios pertenecientes a instituciones públicas y privadas,
UNIRED es un sistema independiente, cooperativo y descentralizado. No cuenta con recursos
financieros propios y todas sus actividades se desarrollan con el trabajo y entusiasmo de sus
integrantes y el apoyo de las instituciones a las que pertenecen.
UNIRED se ha transformado en un foco multiplicador y descentralizador de información, con
valiosos efectos para los usuarios. Los interesados en los productos de la red son principalmente
instituciones de investigación y promoción económica y social, investigadores, docentes, y
estudiantes universitarios.
Su misión es compartir recursos e intercambiar información, de manera eficiente, a fin de
satisfacer la creciente demanda de servicios y productos por parte de los usuarios.
Objetivos de UNIRED:
§• Facilitar el acceso de la información a los usuarios
§• Promover la diseminación de las bases de datos
§• Descentralizar la información
§• Compartir recursos
§• Fortalecer las bibliotecas del país
§• Desarrollar nuevas tecnologías
§• Racionalizar la adquisición de documentos.
La red opera mediante centros cooperantes y centros coordinadores.
Centros cooperantes: son instituciones de cualquier sector que compartan objetivos y estén
interesados en colaborar con el sistema. Cada centro participar según sus propias condiciones y
necesidades, pero aplicando normas y procedimientos comunes para el procesamiento de la
información.
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Centros coordinadores: son los responsables de promover y supervisar las actividades de la
red.
Por iniciativa de UNIRED el 1º de diciembre del 2000 el Ministerio de Educación organizó la
primera Reunión Nacional de Redes de Información de la República Argentina donde se dio a
conocer el proyecto RECIARIA – Redes Argentinas de Información -cuyo objetivo es:
§• ampliar el universo de oferta de información bibliográfica
§• incrementar los préstamos interbibliotecarios
§• potenciar la especificidad temática en las respuestas a los usuarios
§• posibilitar la transferencia y el intercambio de innovaciones tecnológicas
Esta red de redes, es un emprendimiento cooperativo y participativo, integrado actualmente por
27 redes miembros.
Trabajar conjuntamente en una cultura cooperativa de las bibliotecas favorecerá el próximo reto:
“la biblioteca digital”.
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BIBLIO
2 comentarios:
dónde puedo encontrar ese documento en PDF??
Cual no es un consorcio de la blibioteca
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