miércoles, 16 de diciembre de 2009

BIBLIOTECA ESCOLAR, COPNCEPTO MÁS REFELXIÓN SOBRE LA PROFESIÓN Y LA FORMACIÓN PROFESIONAL

Concepto de Biblioteca Escolar.

El concepto de biblioteca escolar ha tenido que superar los moldes de una visión tradicional para definirse en términos modernos como centro activo de aprendizaje.
Como institución, la biblioteca en general ha sido creada con el propósito de permitir a todo provecho de las relaciones del hombre conservadas, registradas y transmitidas por medio de la escritura. En este aspecto la biblioteca tiene un doble sentido: es a la vez un elemento de conservación y un centro de comunicación. Conserva las obras que testimonian la acción del hombre sobre su medio y sobre sí mismo y es un centro de comunicación en cuanto permite establecer y actualizar las relaciones entre los autores de estas obras y sus lectores.
La concepción tradicional concede a la biblioteca escolar sólo una de estás dos funciones: reunir y conservar las obras y limita entonces su acción a la ofrecerlas a sus eventuales lectores.
En contraste con esta concepción, la biblioteca moderna actualiza la función de comunicación, en el sentido de que permite a cada lector establecer una nueva relación con la obra cada vez que se relaciones con ella. Lo cual hace de ella un verdadero centro de aprendizaje integrado a la institución educativa.

La biblioteca escolar es una institución del sistema social que organiza materiales bibliográficos, audiovisuales y otros medios y los pone a la disposición de una comunidad educativa. Constituye parte integral del sistema educativo y comparte sus objetivos, metas fines. La biblioteca escolar es un instrumento de desarrollo del currículo y permite el fomento de la lectura y la formación de una actitud científica; constituye un elemento que forma al individuo para el aprendizaje permanente; fomenta la creatividad, comunicación, facilita la recreación, apoya a los docentes en su capacitación y les ofrece la información necesaria para la toma de decisiones en el aula. Trabaja también con los padres de familia y con otros agentes de la comunidad.

“…La biblioteca escolar es “descolarizada”: ir a la biblioteca constituye para el niño, en primer lugar, cambiar de espacio, de actividad y, segundó, la posibilidad de desenvolverse sin la presión de las exigencias del aula”.

“La biblioteca escolar debe ser el corazón de la institución escolar”, sentencias como esa se dan a largo de la formación del bibliotecario, dándole a saber que deben ser administradores, y gestores de la información.


En este curso de definiciones y conceptualizaciones, los aportes en esta obra como en muchas otras solo son el dibujo, el bosquejo general de una biblioteca escolar moderna. Que quiero decir con esto que muchas cosas son tomadas en cuenta en forma parcial, acá no estamos viendo el inserción plena de las nuevas tecnologías y la forma de competir con lo virtual, la impresión de tinta sobre le papel versus lo digital.
Mucho hemos leído sobre esto en el batallón de formulas teóricas que nos impregnaron durante nuestra formación, dicho de paso, mas escasa en el bibliotecario del ámbito educativo, comparándola con la técnicatura o afines. Bastardeada aun por quienes la imparten, el bibliotecario escolar tiene menos peso que los otros, por ende la biblioteca escolar. Es necesario que haya diferenciaciones entre ambas carreras ya que no son lo mismo, ni deberán enfrentar los mimos desafíos. Pero tampoco hay que dejarlos desprovistos de sustento teórico necesario, de las herramientas a implementar en los procesos técnicos, cosa que se hace por dotarlos de falsos recursos pedagógico-didácticos, que muchas veces alejan de la realidad de lo que será una institución escolar, salvo que uno sea docente, en caso de no serlo como fue mi caso se es marginado y menospreciado por ello. De la misma forma que en parte de técnicatura se hace con bibliotecarios de instituciones educativas. Mostrando el cinismo redundante en la profesión cosa que habrá que desterrar, si se quiere revalorizar la profesión, a la biblioteca escolar.
Es así que, nos hablan de redes, de cómo formar convenios entre bibliotecas escolares, populares, etc. Y dejar de trabajar en forma aislada, fomentar el intercambio, los prestamos ínter bibliotecarios, formar consorcios de bibliotecas, normalizar el trabajo, propiciar convenios, etc.
En preferencia soy técnico es lo que más me gusta, pero mi mayor experiencia es “Biblioteca Escolar”, he pasado por varias experimentando sus realidades muy lejanas de lo que dictan las aulas. Hice mis primeros trabajos a DOM oren en la misma primaria donde curse. Y aunque fue grata la vivencia, el contacto con los pibes, el aplicar todo lo que venia estudiando, descubriendo ciertas cosas.
Pero también me encontré con las viejas camadas bibliotecarios escolares esos que están solo para ocupar un lugar y escapar de las aulas, viejas docentes sin vocación, sin corazón. Los mismos que se enojan con uno cuando hace su trabajo cuando evita hacer paro, cuando se dedica a los procesos técnicos e intenta boicotearte todo el tiempo y con un sistema que los ampara, son los sectarios sin razón. Desprestigian la profesión, con bibliotecas escolares que son depósitos oscuros y polvorientos, donde se ocultan, pero a la vez nos muestran lo que no debemos ser.
Son pocas las excepciones, es así salvando a las nuevas Ordás de bibliotecarios preparados para manejar algo más que un libro, sino para responder a cualquier necesidad de información sea cual fuera el formato en el que estén. Porque les gusta lo que hacen porque pasaron, las presiones impuestas por formadores, no todos, pero algunos los que monopolizan la enseñanza, también la inserción al sistema. Sentados en le olimpo pedagógico creen ser los dueños de nuestro destino.
La biblioteca escolar debe resurgir pero ya no ligada a viejos esteriotipo sino aprendiendo del pasado, se mira el pasado para no volver a repetir viejos errores. Y rescatar lo que si nos sirve como insumo para seguir un camino limpio de las asperezas.
Tal vez no encontremos demasiados modelos en nuestro país, pero en otros si, en el nuestro siempre hubo intentos que naufragaron bajo intereses políticos. Por eso las propuestas de cambio deben venir desde los institutos formadores tanto de Bibliotecarios en Instituciones Educativas, Técnicos Superiores en Bibliotecología, Bibliotecólogos, etc. De no segmentarnos, diferenciándonos, si al fin de cuenta no todos somos BIBLIOTECARIOS, encontrando un punto de comunión entre los diferentes rótulos de la formación. Sabiendo que más halla del lugar donde ejerzamos la profesión de una ó otra manera somos formadores; de lectores, de usuarios, de formadores.
La unión hace la fuerza dice por ahí algún refrán, pero nuestra unión no debe estar sesgada bajo una bandería partidaria sino sobre la implicancia de reconocernos como colegas que luchan y atraviesan los mismos percances, indiferentemente de su ámbito de acción. Puede sonar utópico lo que digo, lo escribo sin sujetarme a las reglas semánticas o sintácticas de los convencionalismos, lo importante es que se entienda el mensaje. Como escuche alguna vez de un maestro eso de tantos del delta que debía atravesar todas las peripecias posibles para llegar a dar clase, para ser un formador hay que ser idealista, creer en la utopía en que un cambio es posible para seguir día a pesar de todo y siempre dando los mejor, transmitiendo lo mejor.
Comencé hablando de una concepción de la biblioteca escolar, tomando parte de una definición de 1982, pero que en esencia no ha cambiado hoy lo podemos ver en la circular Nº 1 (provincia de Buenos Aires), o, en documentos de la misma índole ó fines. Pero el problema es que no se contemplan ciertas cosas que hacen a nuestra realidad mientras que las instituciones pierdan sentido. Y el Descrédito, es el resultado de sus acciones, aún la escuela, la biblioteca, son todavía merecedoras de cierto valor social, pero que deben compartir tareas sociales que la alejan del rol que deben cumplir en realidad. Luego me traslade a la formación del profesional que debe hacer frente al desafió de un futuro incierto, pero que está perfilándose a nuevo rol protagónico.
Cual es mi conclusión final, podría decirse que mientras atravesamos e camino que nos toca en suerte. Como profesionales desde nuestro pequeño espacio debemos fomentar un cambio, revalorizar las instituciones, darles otro protagonismo a la biblioteca. Para hacerlo debemos capacitarnos, formándonos, estudiando las nuevas formas de promocionarla, trasladando herramientas de la gestión y administración a nuestro ámbito. Por ahí no sonara a nada nuevo porque ya mucho hemos escuchado sobre este mismo tema. Con la diferencia que es de que se alienta a unión de los pares, de buscar el beneficio de la profesión, la revalorización del rol, se puede dar haciendo cada uno lo que le toque desde su propio lugar. Pero no se concretará hasta que olvidemos el egoísmo, la soberbia y el individualismo, despojándonos de sesgo de diferenciación, recociéndonos como iguales. Sabiendo que necesitamos, unos a otros para generar un cambio, que debemos poner pasión. Profesionalismo, entusiasmo, ganas y la mejor parte de nosotros en lo que hagamos. Nada más y nada menos que eso.

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