Simplifiquemos las palabras para brindarle la esencia que se merecen las cosas y así llamarlas por su nombre.
Siempre nos hablan discursos de lo que es profesionalismo, sobre nuestro rol, el ideal de lo que supuestamente debemos ser. Nos hacen leer y darle significado, revistiéndonos de modelos utópicos casi imposibles hoy en día, pero sólo en el ejemplo donde se plasma en realidad, no existen apelativos, ni discursos, ni sermones, que no sean más que palabras vacías, sino se envisten de la pasión. La pasión se muestra en los actos, en el énfasis y el compromiso, somos presa de nuestras palabras y responsables de nuestras acciones.Para ser sincero y fiel a lo que escribo y a mi mismo dotando a lo que hago en mi vida me rijo por la pasión en todo lo que estoy haciendo con ella mi pensamiento es excedido por ella y no hay mordaza para acallar la voz reprimida en algún lugar donde la cerebral racionalidad no puede intervenir más que apaciguar la voz del clama libertad de ser uno mismo.
Aunque a veces se de la impresión de una imagen estructurada dominada por la razón y la frialdad de enmascarada, solo es una versión parcial de la realidad donde los sentidos, engañan a quienes desconocen la forma de ver las cosas y no saben mirar más allá. Aunque parezca que me estoy yendo de tema no es así todavía circunscribo al rol profesional de cual comencé hablar solo me dejo llevar las palabras que navegan en un mar de concepciones teóricas e intento contextualizarlas, en mi persona para descargar lo que pienso cuando escucho un sin fin de cosas que suenan perfectas. Y luego las contracto con una realidad dicta de serlo, no existe más compromiso que uno mismo, se olvidan de los demás y no hay vocación que resista la sin razón de enfrentarla.Uno se siente solo, desprotegido, sin las herramientas que nos armen para enfrentar la falta de todo aquello, que es básico para nuestro trabajo, la resistencia que tenemos que enfrentar al cambio. Y ver que nuestro empuje y nuestras ganas de hacer las cosas bien chocan con una pared, y hasta quienes predicaron el altar pedagógico de las vanidades.
Formadores de líderes, hacedores de hombres, creadores de ciudadanos y profesionales. Que no pueden confiar en lo que nos han enseñados, solo limitan a criticar y no aportan sugerencias de solución, no somos aceptados. Y el derecho de piso que hay que pagar es mayor que a cualquier otro, saben que podemos dar más pero en vez de equilibrar la balanza. Tienden a poner todo el peso sobre los hombros de quien ama lo que hace, hasta agotarlo cansarlo y matarle esas ganas de impulsar el cambio.
Y si hablamos de la imagen, mi imagen aunque mis vestiduras no se ajusten a los cánones establecidos, por lo cual debo cambiarla para mantener un seudo formato como aplicar un término que es a fin, no cambia nada es otro uniforme que debo usar para ajustarme a las reglas de esta sociedad.No cambia lo que soy, y no altera en nada mi esencia, seré el mismo, nada me menos que ni nada más, que nadie.
Me daré lugar con la fuerza de mis acciones, utilizando todo lo aprendido, tomando todo lo bueno que me han dado aún los que no han sido tan buenos.De todo el mundo se puede sacar algo y hacerlo propio sin plagiar, sino adaptándolo a nuestra realidad, para saber lo que se quiere ser y lo que no.Ya que habita en mi la energía del que vino a esta vida a pelearla y no rendirse, que no tiene limites, ni teme perderlo todo, porque ya vivió sumergido en la soledad, el abandono, desprecio, y sintió que no tenia razón para seguir.
En esto lo que hago, lo que amo, por eso es que a veces nos afectan ciertas cosas de nuestra labor, cuando se siente lo que se hace, no se puede comprender que estemos rodeados de quienes solo están ocupando un sitio sin prepararse, sin importarle los demás.Denigran la profesión, y dejan nuestra imagen por el piso, he recorrido un camino donde el dolor físico, espiritual y emocional. Por momentos me quiso derribar, pero acá sigo en este mismo camino que empecé ya hace tiempo con la mente intacta no cambié nada de lo que pienso solo fui forjándome en el fuego de la experiencia.Perdón por hacer de esto algo personal creo que siento cautivo de mis silencios.
No lo quiero hacer más largo solo piensen en esto involúcrense, amen lo que hagan, equivóquense para aprender, que un error no los detenga, Borges dijo “si volviera a vivir trataría de cometer más errores… de disfrutar un poco más…” quien no se equivoca no aprende, y quien dice que nunca se equivoca la mayoría de las veces es porque no hace nada.
Perfecciónense, no se limiten, ni dejen que otros lo hagan, sepan que los libros no deben dormir en el estante, que debemos dejar todo aunque algún día tengamos que irnos, la vida no es justa, dejemos dejar huellas que otros puedan seguir. Compartamos lo que sabemos y aprendamos de los demás, seamos siempre los mismos mas allá del lugar que ocupemos respetemos por igual a quien nos tiene bajo su “mando”, como a quienes estén por destino bajo le poder de nuestras manos. Quien vuela alto así cae, disculpen el tiempo invertido en leer, y gracias por hacerlo.
Simplemente Víctor “Bibliotecario”.
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